Nueva York, 7 de mayo del 2007—El periodista brasileño Luiz Carlos Barbon Filho, conocido por sus reportajes investigativos sobre corrupción política, fue asesinado a tiros la noche del sábado en el estado sureño de São Paulo. El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) instó hoy a las autoridades brasileñas a investigar exhaustivamente su asesinato y a enjuiciar a todos los responsables.
“Ofrecemos nuestras más sentidas condolencias a la familia, los colegas y los amigos de Luiz Carlos Barbon Filho”, expresó el Director Ejecutivo del CPJ, Joel Simon. “Instamos a las autoridades brasileñas a conducir una investigación exhaustiva y oportuna del asesinato de Barbon, a encontrar a todos los responsables y a llevarlos ante la justicia”.
A las 9 p.m. del sábado, Barbon se encontraba con dos amigos en la terraza de un bar en Porto Ferreira, a 142 millas (228 kilómetros) de la ciudad de São Paulo, cuando dos individuos encapuchados circulando en una motocicleta se acercaron, informó la prensa brasileña. Testigos citados por los medios locales señalaron que uno de los asaltantes se bajó de la motocicleta y le disparó al periodista dos veces a quemarropa, impactando una bala en una pierna y otra en el abdomen. Según informes de prensa, el periodista fue trasladado a un hospital local dónde fue declarado muerto.
Barbon, 37, era columnista de los diarios locales Jornal do Porto y JC Regional y colaboraba con la emisora local Rádio Porto FM. El jefe de la policía local, Eduardo Henrique Campos, declaró que el trabajo periodístico de Barbon es el móvil principal de la investigación. Campos agregó que los comentarios de Barbon eran generalmente críticos de los políticos locales y agregó que era difícil señalar una nota o un área de cobertura específica.
En el 2003, Barbon descubrió una red de prostitución infantil por la cuál fueron arrestados y sentenciados cuatro hombres de negocios, cinco políticos locales y otra persona, un mesero, informó el diario nacional O Globo. Únicamente el mesero sigue en la cárcel, según informes de prensa locales.
Cátia Rosa Camargo, la esposa del periodista, señaló que su esposo había recibido múltiples amenazas de muerte por medio de cartas y llamadas telefónicas, informó la prensa brasilera e internacional.
Brasil ocupa el lugar número 12 entre los países más peligrosos para periodistas para la prensa en el mundo con por lo menos 14 periodistas asesinados en represalia directa por su trabajo desde 1992.