Por Jan-Albert Hootsen, corresponsal del CPJ en México
Han transcurrido dos meses desde el asesinato de Javier Valdez Cárdenas, periodista investigativo mexicano y ganador del Premio Internacional de la Libertad de Prensa del CPJ. El dolor por su muerte, ocurrida en Culiacán, capital del estado de Sinaloa, ha dejado a muchos con interrogantes respecto a por qué la investigación del asesinato parece haber arrojado pocos resultados hasta el momento.
Más de 150 personas se congregaron en el Centro Cultural Casa Lamm de Ciudad de México el 15 de julio para participar en un evento organizado por el CPJ y Reporteros sin Fronteras con el propósito de celebrar la vida y la obra de Valdez, quien fue cofundador del semanario investigativo Ríodoce y corresponsal del diario de Ciudad de México La Jornada.
“Javier realizó esfuerzos extraordinarios para contarle al país la tragedia que sufre México por el flagelo del narcotráfico”, afirmó Carlos Lauría, coordinador sénior del programa de las Américas del CPJ, en sus palabras de apertura. “[Valdez] les dio un rostro a muchas de las víctimas y se propuso contar, a través de distintos formatos de medios, las historias de las mujeres, los niños y las personas afectadas”.
Lauría y Valdez se convirtieron en buenos amigos luego de que el CPJ le otorgó al periodista sinaloense el Premio Internacional a la Libertad de Prensa en 2011. En el evento en memoria del periodista, se mostró el video del discurso de Valdez al aceptar el premio en Nueva York, discurso por el cual recibió una ovación de pie.
En el video, Valdez declaró: “Dedico este premio a los periodistas valientes, a niños y jóvenes que viven una muerte lenta. He preferido darles rostro y nombre a las víctimas, retratar este panorama triste y desolador, estos pasos agigantados de tomar atajos hacia el apocalipsis, en lugar de contar los muertos y reducirlos a números”.
A continuación del video y luego de un discurso pronunciado por Balbina Flores, representante de RSF en México, Griselda Triana, la viuda de Valdez, luchando contra las lágrimas deploró la aparente falta de avances en la investigación del asesinato. “Si todo lo que queda es exigir justicia, debemos pedirla a gritos”, expresó Triana, quien estuvo acompañada de sus hijos. “Justicia para cada periodista que ha sido asesinado en este país”.
Un panel de oradores compartió recuerdos y leyó fragmentos de las columnas y los libros de Valdez. Entre ellos se encontraban los periodistas investigativos Marcela Turati, Alejandro Almazán, John Gibler y Anabel Hernández, así como Tracy Wilkinson, esta última excorresponsal en México del diario Los Angeles Times y viuda del exrepresentante en México del CPJ Mike O’Connor. Wilkinson, quien ahora cubre la actualidad internacional para la corresponsalía de ese diario en Washington, D.C., ha informado sobre conflictos bélicos en tres continentes.
Los oradores enfatizaron el alcance de la empatía y el empeño de Valdez por contar las historias de las víctimas de la guerra antidroga de México. En quizás el momento más conmovedor y emotivo del evento, una de esas víctimas, María Herrera, habló de su relación con Valdez y cómo él se había propuesto contar la historia de la pérdida y el dolor de Herrera luego de que le secuestraran a cuatro de sus hijos.
“Para mí, como para muchos, la muerte de Javier es una enorme pérdida”, afirmó Herrera. “Pero él sigue vivo, y continuará viviendo por medio de su obra”.
[Informaciones desde Ciudad de México]