Nueva York, 28 de junio de 2016 — Las autoridades guatemaltecas deben investigar en forma exhaustiva y creíble el asesinato del director de una radio y enjuiciar a los autores del crimen, declaró hoy el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés).
Sujetos no identificados le dispararon a Álvaro Alfredo Aceituno López, director de la emisora local Radio Ilusión, cerca de las 4 p.m. del sábado, en la calle donde se encuentra la estación de radio en la pequeña ciudad de Coatepeque, en el sureste del país, según sus colegas e informes de prensa. Uno de los disparos alcanzó a Aceituno, de 64 años de edad, en la nuca, según los informes. La Cruz Roja local lo trasladó de urgencia al hospital, donde falleció horas después.
“El asesinato de Álvaro Alfredo Aceituno López deteriorará aun más el clima para el ejercicio de la libertad de prensa en Guatemala, donde la ausencia del estado de derecho y la impunidad ya perpetúan un ciclo de violencia e intimidación”, señaló Carlos Lauría, coordinador sénior del programa de las Américas del CPJ. “Al margen de investigar este caso y enjuiciar a los responsables, el gobierno debe reforzar sus iniciativas para proteger a los periodistas y garantizar que puedan ejercer la profesión con seguridad y sin temor a represalias”.
Leonel Mérida, compañero de trabajo de Aceituno en Radio Ilusión, declaró que en general Aceituno presentaba las noticias en su propio programa radial, “Acontecer Coatepecano”, pero que a veces participaba como invitado en otros programas y expresaba opiniones sobre problemas locales como la mala reparación de los caminos. Según Mérida, Aceituno no le había dicho a ningún colega que había recibido alguna amenaza antes del asesinato. Sus familiares declararon a la organización de libertad de prensa guatemalteca CERIGUA que ellos tampoco estaban al tanto de que se hubiera alguna amenaza contra Aceituno.
Alex Coyoy, periodista de Coatepeque que dijo que conocía a Aceituno desde hacía nueve años, declaró al CPJ que el periodista radial era crítico de las autoridades, los hospitales y las empresas locales, y que recibía llamadas en la radio en las cuales las personas con frecuencia criticaban a funcionarios locales y programas municipales. Aceituno había trabajado en la radio durante aproximadamente 37 años y también era maestro jubilado, Coyoy declaró al CPJ.
Un portavoz de la Policía Nacional Civil declaró a los reporteros que se había enviado investigadores a Coatepeque para que investigaran el crimen y que no había ninguna información sobre los posibles móviles.
Por lo menos seis periodistas han sido asesinados en relación directa con su labor informativa en Guatemala desde que el CPJ comenzó a llevar estadísticas sobre estos casos, en 1992, mientras que otros 16 han sido asesinados por motivos no esclarecidos. Un informe especial del CPJ publicado en 2014 concluyó que la mayoría de los casos de asesinato de periodistas estaban impunes.