TRINIDAD Y TOBAGO
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EL PRIMER MINISTRO BASDEO PANDAY, QUIEN HA PASADO LA MAYOR PARTE de sus cinco años en el cargo enfrentándose con los medios de comunicación, vio implicado a su gobierno en una crisis constitucional a finales de año, luego de lograr una victoria por estrecho margen en las elecciones realizadas el 11 de diciembre.
La población de este país rico en petróleo y gas natural está dividida por igual entre personas de descendencia africana y de descendencia india. En 1995 Panday se convirtió en el primero de origen indio en ocupar el cargo de primer ministro. Desde entonces ha estado involucrado en polémicas con los medios, que en su mayoría son propiedad de la comunidad negra, y sus arrebatos han tenido un alto costo político. «Encuestas recientes indican que los dos temas que le restan popularidad [y] votos al gobierno son la corrupción y los ataques a la libertad de prensa», señaló Keith Smith, un redactor del Daily Express. El opositor Movimiento Nacional Popular (PNM), que obtuvo 16 escaños en el parlamento de 36 miembros, buscó revertir la victoria del Congreso Nacional Unido (UNC) de Panday al impugnar los resultados en dos de los 19 distritos electorales ganados por el UNC. El PNM alegó que los dos candidatos triunfadores no reunían los requisitos para desempeñarse en el parlamento ya que ambos poseían ciudadanía extranjera, aun cuando también eran ciudadanos de Trinidad y Tobago. Un comentario de particular desmesura envió al primer ministro a los tribunales. El 11 de octubre el Tribunal Superior encontró culpable a Panday de injuriar a Kenneth Gordon, un magnate de los medios, de descendencia africana, y quien es uno de sus principales críticos. Gordon demandó al primer ministro por haberle calificado de «pseudorracista» durante un mitin en 1997. En septiembre, durante un foro en la capital, Puerto España, la Asociación de Medios de Trinidad y Tobago (Media Association of Trinidad and Tobago, MATT), junto con otras organizaciones de medios de comunicación del Caribe, instaron a los periodistas a ejercer su independencia y profesionalismo al cubrir la campaña electoral, cargada de elementos raciales. Panday mismo pareció abstenerse de lanzar sus diatribas contra los medios al acercarse las elecciones. Tal como observó el presidente de la MATT, Wesley Gibbings, «Con una elección en el horizonte, fue obvio que el gobierno decidió acatar una tregua no declarada con los medios». |