Miami, 10 de diciembre de 2021 – Las autoridades cubanas deben investigar exhaustivamente el reciente ataque contra la periodista Mabel Páez y enjuiciar con celeridad a los responsables, declaró hoy el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés).
El 7 de diciembre, cerca de las 8:30 p. m., dos sujetos encapuchados irrumpieron en la vivienda de Páez, situada en la occidental provincia de Artemisa, y la agredieron, según versiones periodísticas y el testimonio de Normando Hernández, director general del Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP), quien conversó con el CPJ por aplicación de mensajería.
Páez es la directora del periódico comunitario El Majadero de Artemisa, una de las siete publicaciones gratuitas que el ICLEP imprime y distribuye en Cuba, según su sitio web.
Los agresores patearon y golpearon a Páez numerosas veces y la dejaron ensangrentada en el suelo, según una nota del ICLEP, que precisó que la periodista tenía moretones e inflamación, y heridas en la ceja izquierda, en la boca, en la nariz, en los brazos, en la mano derecha y en el costado del cuerpo.
Los sujetos no se llevaron nada de la vivienda y, antes de irse en una motocicleta, uno de ellos le dijo a Páez: “Es la primera advertencia”, según la nota citada.
“Estamos sumamente preocupados por esta brutal agresión contra la periodista Mabel Páez y las sospechosas circunstancias que la rodean”, declaró Ana Cristina Núñez, investigadora sénior del Programa de Latinoamérica y el Caribe del CPJ. “Es imperativo que las autoridades cubanas investiguen esta agresión exhaustiva y transparentemente, y enjuicien a los responsables”.
Después de los hechos, la periodista fue a un hospital local. Cuando un médico la examinaba, un agente policial entró a la consulta y le quitó el certificado médico de lesiones emitido por el doctor, según la nota del ICLEP.
Páez reclamó el certificado, temiendo haber sufrido alguna fractura de las costillas, pero el agente policial se lo entregó a otro sujeto no identificado que estaba vestido de civil, quien le dijo a Páez: “Vete para la casa y descansa que va a ser mejor para todos”, de acuerdo con la nota citada.
El 1 de diciembre, El Majadero de Artemisa publicó un artículo sobre un adolescente que había muerto cuando cumplía el servicio militar obligatorio, para el cual había sido reclutado en contra de su voluntad.
El 5 de diciembre, dos agentes policiales y dos agentes de la Seguridad del Estado allanaron la vivienda de Páez, que es la sede de El Majadero de Artemisa, supuestamente en busca del director ejecutivo del ICLEP, Alberto Corzo, a quien las autoridades investigan por el presunto delito de desorden público; y luego le prohibieron a Páez salir de su casa y le mantuvieron vigilancia policial el resto del día, según un tuit del ICLEP.
“No cabe duda que todo esto es una operación de la policía política para que Mabel coja miedo y deje de hacer periodismo”, Hernández declaró al CPJ.
En repetidas ocasiones las autoridades cubanas han sometido a los periodistas y medios del ICLEP a varios tipos de represalias por su labor periodística independiente: allanamientos, detenciones, amenazas y otras presiones, como lo ha documentado el CPJ.
El CPJ envió un correo electrónico a la Policía Nacional Revolucionaria y al Ministerio del Interior para obtener una declaración, pero no recibió respuesta.