Bogotá, 17 de abril de 2020 – Las autoridades colombianas deben investigar pronta y exhaustivamente las amenazas de muerte realizadas contra el periodista Eder Narváez Sierra y garantizar que Narváez cuente con la protección adecuada, declaró hoy el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés).
El 13 de abril, una persona no identificada que afirmó dirigir un grupo de narcotraficantes envió mensajes por WhatsApp a Narváez en los que asumía la autoría de dos asesinatos ocurridos en la norteña localidad de Caucasia el 12 de abril, sobre los cuales Narváez había informado. Los mensajes le advertían a Narváez que “[dejara] de estar hablando tanto” y decían que el periodista moriría si no escuchaba la advertencia, Narváez declaró al CPJ por vía telefónica.
Narváez es el corresponsal regional para Caucasia de Teleantioquia TV, un canal con sede en Medellín, y es fundador y director de NP Noticias, un sitio noticioso local, señaló el comunicador.
Los mensajes decían que los recientes asesinatos eran “sólo el inicio”, acusaban a Narváez de difundir noticias falsas y decían que “la única noticia que vas a [o]ir en unos días es que al de NP lo mataron”.
Un agente policial de Caucasia, quien solicitó el anonimato porque no tenía autorización para dar declaraciones públicas, declaró al CPJ que la Policía investigaba las amenazas. Narváez, quien ha recibido amenazas de muerte en el pasado por su trabajo periodístico, expresó que había presentado una denuncia penal ante la Fiscalía General y había solicitado ayuda a la Unidad de Protección Nacional, una entidad gubernamental que otorga medidas de seguridad a periodistas amenazados y dirigentes sociales.
“Los funcionarios del Gobierno colombiano, en especial la Unidad de Protección Nacional, deben tomar medidas inmediatamente para responder a las amenazas contra Eder Narváez Sierra y garantizar su seguridad”, declaró Natalie Southwick, coordinadora del programa de Centroamérica y Sudamérica del CPJ, desde Nueva York. “Cuando los periodistas y los defensores de los derechos humanos de toda Colombia hacen frente a la creciente violencia de grupos armados, el Estado debe cumplir con su obligación de protegerlos”.
Los textos fueron enviados por una persona que se autodenominó “Manuel, alias El Negro”, el comandante de Los Caparrapos, un grupo armado involucrado en el tráfico de cocaína, la extorsión y la minería de oro ilícita, según Narváez y el centro de investigación con sede en Medellín InsightCrime.
Narváez declaró al CPJ que otros medios de prensa habían informado sobre el asesinato de dos personas en Caucasia el 12 de abril, pero especuló que su nota podía haber incomodado a Los Caparrapos porque incluía el nombre y la foto de las víctimas de los asesinatos.
Interrogado sobre los posibles motivos de las amenazas contra Narváez, el agente policial declaró al CPJ: “No sabemos. Pudiera haber mil razones diferentes”.
Narváez expresó que la Policía había prometido patrullar la zona alrededor de su vivienda en Caucasia con mayor frecuencia, y que la unidad de protección estudiaba su caso.
Mientras tanto, Narváez sostiene que ha dejado de trabajar y se está quedando en la casa.
Caucasia, situada en el norteño departamento de Antioquia, por mucho tiempo ha sido una zona de peligro para los periodistas, pues grupos armados rivales luchan por el control de rutas del narcotráfico y plantaciones cocaleras, la materia prima de la cocaína, según datos del CPJ.