Nueva York, 13 de octubre de 2016–La presidenta de la junta directiva del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), Sandra Mims Rowe, divulgó el siguiente comunicado en nombre de la organización:
Garantizar el libre flujo de información para los ciudadanos a través de una prensa independiente y robusta es esencial para la democracia estadounidense. Por más de 200 años este principio fundamental ha protegido a los periodistas en Estados Unidos e inspirado a muchos alrededor del mundo, incluyendo valientes reporteros que enfrentan violencia, censura y represión gubernamental.
Donald Trump, por medio de sus palabras y sus acciones como candidato a la presidencia de Estados Unidos, ha traicionado en forma consistente los valores consagrados en la Primera Enmienda de la constitución. El 6 de octubre, la junta directiva del CPJ aprobó una resolución declarando a Trump como una amenaza sin precedentes para los derechos de los periodistas y la capacidad del CPJ de hacer campaña en favor de la libertad de prensa alrededor del mundo.
Desde el comienzo de su candidatura, Trump ha insultado y vilipendiado a la prensa y ha hecho de su oposición a los medios una parte central de su campaña. Con frecuencia Trump ha calificado a la prensa de “deshonesta” y “escoria” y ha individualizado a empresas de medios y periodistas.
El candidato republicano se ha mofado de un periodista del New York Times con discapacidad y calificó a un reportero de ABC News de “sinvergüenza” en una conferencia de prensa. Expulsó al conductor de Univisión Jorge Ramos de una conferencia de prensa en la campaña porque hizo una pregunta “impertinente” y ha degradado en público a otros periodistas.
Trump se ha rehusado a condenar ataques contra periodistas por parte de sus simpatizantes. Su campaña también ha negado en forma sistemática credenciales de prensa para los medios que lo han criticado, incluyendo The Washington Post, BuzzFeed, Politico, The Huffington Post, The Daily Beast, Univisión y The Des Moines Register.
Durante su campaña, Trump con frecuencia ha realizado propuestas ambiguas para limitar a la prensa y la libertad en internet. En un acto de campaña en febrero, Trump declaró que si fuera elegido presidente “modificaría las leyes de difamación así cuando escriben artículos negativos y falsos, los podemos demandar y ganar mucho dinero”. En septiembre, Trump tuiteó: “Mis abogados quieren demandar al fracasado @nytimes por su irresponsabilidad. He dicho no (por ahora), pero los estamos observando. Realmente repugnante”.
Mientras que algunos han sugerido que las declaraciones son retóricas, tomamos a Trump por sus dichos. Su propósito y su desprecio por los principios constitucionales sobre la libertad de prensa están más que claros.
Una presidencia de Trump representaría una amenaza para la libertad de prensa en Estados Unidos, pero las consecuencias para los derechos de los periodistas en todo el mundo podrían incluso ser más graves. Cualquier fracaso de Estados Unidos por sostener sus propios estándares incentiva a dictadores y déspotas que restringen a los medios en sus países. Esto parece no ser una preocupación para Trump, quien ha indicado que no tiene ninguna intención para desafiar a gobiernos sobre la libertad de prensa o el tratamiento de periodistas.
Cuando el periodista de MSNBC Joe Scarborough le preguntó en diciembre si se cuestionaba de alguna manera su admiración por el gobierno del Presidente ruso Vladimir Putin dado el historial de este país que registra una serie de asesinatos de periodistas críticos, su respuesta fue la siguiente: “Está conduciendo a su país, y al menos él es un líder, distinto a lo que tenemos en este país… Bueno, pienso que nuestro país también asesina a mucha gente”.
A través de sus palabras y acciones, Trump ha demostrado de modo consistente su desdén por el rol de la prensa más allá de la publicidad que le ofrece para avanzar sus intereses.
Por esta razón, el CPJ está adoptando este paso sin precedentes de pronunciarse en estos momentos. No se trata de seleccionar a un candidato en una elección sino reconocer que una eventual presidencia de Trump representa una amenaza para la libertad de prensa no conocida en la historia moderna.
Exhortamos a Trump a garantizar que los periodistas puedan cubrir su campaña y sus actos sin interferencias ni obstáculos; a condenar amenazas contra periodistas efectuadas por sus simpatizantes; y a asegurar que sus declaraciones y acciones de campaña sean consistentes con la tradición de la Primera Enmienda de Estados Unidos.
El CPJ es una organización independiente, no partidaria, que no adopta una posición en ésta o en otra elección. Al mismo tiempo, no podemos quedarnos en silencio cuando creemos que la conducta de esta campaña perjudica la posición de Estados Unidos en materia de libertad de prensa alrededor del mundo y la capacidad del CPJ para proteger la libertad de prensa a nivel global.
En el CPJ consideramos a todos los candidatos y líderes políticos bajos los mismos estándares. En 2013, el CPJ publicó un informe especial crítico sobre el record de libertad de prensa en el gobierno del Presidente Obama. No importa quién sea electo presidente, el CPJ hará responsable a la próxima administración de gobierno de mantener los estándares más elevados en este país y de realizar una fuerte campaña en defensa de los derechos de los periodistas alrededor del mundo.
[Nota del Editor: Este comunicado ha sido actualizado para agregar tres párrafos finales.]