Ciudad de México, 3 de agosto de 2015–El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) condena el asesinato del fotógrafo mexicano Rubén Espinosa y exhorta a las autoridades a investigar todos los posibles motivos del asesinato y asegurar que los autores sean enjuiciados. Espinosa, quien se había radicado en la Ciudad de México luego de abandonar el estado de Veracruz tras recibir amenazas, fue hallado muerto el viernes en un apartamento de la capital, según informes de prensa.
Veracruz es uno de los estados más peligrosos para la prensa en México, según la investigación del CPJ. Cuatro periodistas han caído en represalia directa por su labor desde 2011, según la investigación del CPJ. Otros siete periodistas fueron asesinados bajo circunstancias poco claras y al menos tres periodistas han desaparecido en el estado en el mismo período.
“Rubén Espinosa huyó luego de haber sido amenazado en una de los estados más letales para periodistas en la región y fue asesinado seis semanas después en un lugar antes considerado como un refugio seguro en el país”, afirmó Carlos Lauría, coordinador senior del programa de las Américas del CPJ. “Ya es hora de que las autoridades federales y locales adopten las medidas necesarias para combatir la grave crisis de libertad de prensa que atraviesa México. Esto significa investigar en profundidad el asesinato de Espinosa y todos sus posibles motivos, como en particular que pudiera haber sido asesinado en represalia por su trabajo”.
Espinosa fue encontrado en un apartamento con cuatro mujeres también asesinadas, todos ellos recibieron disparos en la cabeza, según afirmaron el domingo las autoridades. Una de las víctimas, Nadia Vera, era amiga de Espinosa y activista estudiantil en Xalapa, capital de Veracruz, según informó la publicación digital de Veracruz, Plumas Libres.
Espinosa abandonó el estado de Veracruz y llegó a la Ciudad de México en junio, según afirmó al CPJ durante una entrevista ese mes. Espinosa había trabajado para la agencia de noticias local, AVC Noticias, la revista semanal Proceso y la agencia de fotos Cuartoscuro y con frecuencia cubría movimientos sociales locales, según indicaron periodistas al CPJ.
Espinosa había sido amenazado en repetidas ocasiones en los últimos años. El fotógrafo informó al CPJ en junio que había abandonado Veracruz luego de darse cuenta tres veces en un día que había individuos que lo seguían y que le habían hecho gestos y miradas intimidatorios. Agregó que en 2013 formó parte de un grupo de periodistas que fueron atacados por la policía en septiembre de 2013 durante un desalojo de estudiantes y profesores en una manifestación. En 2012, afirmó, un sujeto no identificado “me agarró de la camisa, me arrojó contra una cortina de metal y me dijo: ‘Párale de tomar fotos…si no quieres terminar cómo Regina Martínez’”.
Regina Martínez Pérez, la corresponsal de Proceso en Veracruz, fue asesinada en abril de 2012 luego de efectuar informes críticos sobre las autoridades estatales.
Espinosa había tenido enfrentamientos en el pasado con las autoridades de Veracruz. Le informó al sitio digital Sin Embargo que las autoridades locales se habían enojado luego de una foto de tapa que le tomó al gobernador de Veracruz Javier Duarte de Ochoa que fue publicada en la revista Proceso el 15 de febrero de 2014 con el titular “Veracruz: Estado sin Ley”.
Espinosa nunca acudió al mecanismo oficial de protección para periodistas bajo riesgo, según informó al CPJ un funcionario del gobierno federal que pidió el anonimato.
Funcionarios de la Procuraduría General de la Ciudad de México no ofrecieron el domingo motivo por el crimen y no respondieron directamente a las preguntas sobre si la muerte de Espinosa habría estado relacionada con su labor periodística, indicaron informes de prensa. El fiscal local Rodolfo Ríos Garza señaló a los periodistas que todas las líneas de investigación están abiertas.
Duarte indicó el domingo que esperaba que los funcionarios de la ciudad de México resuelvan el crimen. Pero el gobierno de Duarte ha intentado en el pasado desestimar cualquier vínculo posible entre los asesinatos de periodistas y su profesión. En julio, Duarte afirmó ante la prensa: “No hay que confundir libertad de expresión con representar la expresión de los delincuentes a través de los medios” y acusó a los periodistas locales de colaborar con los grupos criminales.
La violencia vinculada al crimen organizado ha convertido a México en uno de los países más letales para la prensa en la región, según la investigación del CPJ. Numerosos periodistas han abandonado sus estados y muchas veces encuentran refugio en la Ciudad de México, que ha sido considerado un lugar seguro en comparación con el resto del país, según la investigación del CPJ.
- Para más datos y análisis, vea la página de México del CPJ.