Ciudad de México, 29 de enero de 2015–El cuerpo decapitado del periodista mexicano José Mosisés Sánchez Cerezo fue hallado temprano el sábado en el estado de Veracruz, según un comunicado de la procuraduría general del estado. El periodista y propietario del periódico La Unión había desaparecido el 2 de enero.
El martes por la noche, la procuraduría estatal informó que los resultados de ADN demostraron que la víctima era Sánchez. Pero el hijo del periodista, Jorge Sánchez, indicó al CPJ que esperaría los resultados de ADN de la procuraduría general de la república porque dudaba de que el cuerpo fuera de su padre. “Nosotros no confiamos aquí en las autoridades locales,” afirmó Jorge Sánchez. “Sobre el cuerpo… ha sido muy irregular. Yo no coincido que es él.”
Organizaciones locales de la sociedad civil también han exhortado a la fiscalía especial de crímenes contra la libertad de expresión a investigar el caso, citando dudas sobre la “transparencia e imparcialidad” de las autoridades estatales, según informes de prensa.
“En un estado que tiene un record de violencia contra la prensa tan lamentable y dadas las denuncias sobre participación de autoridades políticas y policiales, no se puede confiar en que las autoridades locales vayan a impartir justicia en el asesinato de José Moisés Sánchez Cerezo”, afirmó Carlos Lauría, coordinador senior del programa de las Américas del CPJ desde Nueva York. “Las autoridades federales tienen autoridad para ejercer la atracción del caso. Deben asumirla de inmediato”.
Sánchez fue secuestrado el 2 de enero cuando estaba en su hogar en el municipio de Medellín de Bravo y los atacantes se llevaron su computadora, su cámara y otros materiales electrónicos, según informes de prensa. El periodista había fundado La Unión, un pequeño periódico impreso y digital que con frecuencia criticaba a las autoridades, en particular al alcalde Omar Cruz Reyes, y denunciaba actividades criminales como así también la pobre calidad de servicios básicos como la recolección de basura y la ausencia de alumbrado público.
El procurador del estado de Veracruz señaló a MVS radio el lunes que había evidencia que apuntaba al alcalde. “Tengo elementos para tener certeza probable de la participación del alcalde”, sostuvo el procurador general del estado de Veracruz, Luis Ángel Bravo.
La procuraduría estatal indicó que un ex policía de Veracruz convertido en traficante de drogas, Noé Rodríguez, confesó haber cometido el secuestro y el crimen, junto a otros cinco sospechosos. Los sospechosos actuaron bajo las órdenes directas del subdirector de la policía de Medellín, Martín López Meneses, quien fue también el chofer y guardaespaldas del alcalde Cruz, según el comunicado de la procuraduría estatal. López permanece detenido con prisión preventiva.
Rodríguez señaló que el alcalde Cruz había pedido a él y a los otros sospechosos que mataran a la víctima, según informes de prensa. A cambio, agregaron los informes, Cruz permitiría a la banda criminal vender droga en la zona. Cruz ha negado participación en el crimen y sostuvo que no mantuvo discrepancias con Sánchez, según informes de prensa.
Cruz no puede ser oficialmente acusado porque tiene inmunidad legal como funcionario electo, según informes de prensa. Los fiscales han solicitado a la legislatura estatal el desafuero del alcalde.
En los días previos al secuestro, el periodista publicó en Facebook varias fotografías de protestas contra el gobernador del estado, Javier Duarte de Ochoa, así como también vínculos a artículos sobre un reciente asesinato. El 13 y el 14 de diciembre, publicó una serie de artículos, comunicados de prensa y un video relacionado con la formación de un grupo de autodefensa vecinal en respuesta al crimen local. No resulta claro si Sánchez fue el autor del material publicado en Facebook. Además de informar sobre sus actividades, Sánchez era activo en el grupo de autodefensa vecinal, según los informes.
Un periodista local que prefirió permanecer en el anonimato indicó al CPJ que la información sobre los grupos de autodefensa ciudadana es particularmente sensible para los funcionarios locales que intentan minimizar las falencias de las fuerzas de seguridad locales. El hijo del periodista, Jorge Sánchez, señaló a la agencia The Associated Press que su padre había sido amenazado por el alcalde en relación con su cobertura sobre los grupos de autodefensa.
En los días posteriores al secuestro, el gobernador Duarte se refirió a Sánchez como “un activista y taxista”, declaraciones que generaron críticas de los periodistas locales ya que el gobernador intentó minimizar su rol como reportero.
Veracruz es uno de los estados más peligrosos para la prensa en México, según la investigación del CPJ. Sánchez sería el cuarto periodista caído en cumplimiento de su labor desde 2011, según la investigación del CPJ. El CPJ continúa investigando las muertes de al menos seis otros periodistas bajo circunstancias poco claras. Al menos tres periodistas han desparecido en el mismo estado en el mismo período. En el pasado, el gobernador Duarte ha intentado desestimar cualquier vínculo posible entre los asesinatos de periodistas y su trabajo profesional.
La violencia vinculada al narcotráfico ha convertido a México en uno de los países más peligrosos del mundo para el ejercicio del periodismo, según datos del CPJ. Más de 50 periodistas han sido asesinados o han desaparecido desde 2007. México ocupó el séptimo puesto en la edición 2014 del Índice de Impunidad del CPJ, que se enfoca en las naciones donde los periodistas son asesinados sin que se enjuicie a los responsables de los crímenes.