Ciudad de México, 13 de agosto de 2014–El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) condena el asesinato del periodista mexicano Octavio Rojas Hernández, hecho ocurrido el lunes en el estado de Oaxaca, e insta a las autoridades a investigar el crimen, descubrir el motivo y enjuiciar a los autores.
La Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) de Oaxaca sostuvo en un comunicado que un sujeto pasó por la puerta del domicilio de Rojas cerca de las 5:30 p.m. y, con la excusa de estar interesado en comprar un vehículo perteneciente al periodista, logró que éste saliera de la vivienda y aprovechó para dispararle cuatro veces.
Desde hacía dos meses, Rojas venía desempeñándose como corresponsal del diario El Buen Tono, de Córdoba, estado de Veracruz, según informes de prensa. Se dedicaba en su mayor parte a cubrir la fuente de Sucesos, según las mismas versiones. También trabajaba de director de Comunicaciones de la municipalidad de San José Cosolapa, Oaxaca, limítrofe con el estado de Veracruz, de acuerdo con el comunicado de la PGJE de Oaxaca.
El jefe de Información de El Buen Tono, Miguel Ángel Contreras declaró a la organización pro libertad de prensa Artículo 19 que “todo indica que [el asesinato] … fue por unas notas que días antes nosotros habíamos manejado en donde se relaciona al director de la Policía Municipal del Ayuntamiento de Cosolapa con una banda de roba combustible”.
El 9 de agosto, El Buen Tono publicó una nota, entre varias dedicadas a cuestiones de seguridad en la zona, acerca de un operativo realizado por el ejército y la Policía Estatal de Oaxaca con el propósito de capturar una banda acusada de robar combustible de los ductos pertenecientes a la petrolera estatal Pemex. Pemex con frecuencia es víctima de incidentes de robo de combustible, hechos que a menudo involucran a la delincuencia organizada y a carteles como Los Zetas. La nota citaba como fuentes a autoridades municipales anónimas que declararon que tres vehículos confiscados en el operativo pertenecían al director de la Policía Municipal, Fermín Vanegas, cuyo paradero se desconoce, según despachos noticiosos.
Aunque la nota no llevaba firma, Rojas es el único corresponsal de El Buen Tono en Cosolapa, según el sitio web de noticias mexicano Animal Político.
El Buen Tono ha sido blanco de ataques anteriormente, según datos del CPJ. Pistoleros no identificados asaltaron la Redacción del periódico en noviembre del 2011, apenas un mes después de la salida del periódico, y les prendieron fuego a las oficinas. En abril del presente año, el periódico volvió a recibir amenazas de que sería incendiado.
“Cubrir el crimen organizado en México, y en particular informar sobre la posible implicación criminal de elementos de la policía, con demasiada frecuencia ha supuesto una sentencia de muerte para los periodistas mexicanos”, declaró desde Nueva York Robert Mahoney, subdirector del CPJ. “Las autoridades deben romper el ciclo de impunidad en estos crímenes, pues de ello depende que la prensa pueda informar sobre cuestiones de interés público”.
La violencia vinculada al narcotráfico ha convertido a México en uno de los países más peligrosos del mundo para el ejercicio del periodismo, según datos del CPJ. Más de 50 periodistas han sido asesinados o han desaparecido desde el 2007. México ocupó el séptimo puesto en la edición 2014 del Índice de Impunidad del CPJ, que se enfoca en las naciones donde los periodistas son asesinados sin que se enjuicie a los responsables de los crímenes.