Los periodistas sintieron los efectos de la violencia generalizada provocada por las pandillas o maras. El personal del sitio web de noticias El Faro enfrentó actos de intimidación después de informar sobre una red criminal en la cual estaban implicados empresarios y políticos, y después de revelar negociaciones secretas entre el gobierno y las pandillas. Sujetos no identificados siguieron y fotografiaron a periodistas de El Faro, declaró su director Carlos Dada. El ministro de Seguridad, David Munguía Payés, reconoció que el medio se encontraba en una situación de riesgo, pero en un inicio declinó otorgarle protección. El caso también puso de relieve la falta de solidaridad en la prensa salvadoreña, ya que pocos periodistas inicialmente salieron en defensa de El Faro. A nivel nacional, el índice de homicidios pareció descender después de que el gobierno negoció una tregua con las pandillas, aunque algunos funcionarios dieron a entender que al mismo tiempo las desapariciones iban en aumento. A pesar de la violencia social prevaleciente, los asesinatos de periodistas no son comunes en El Salvador. Las autoridades, que en mayo obtuvieron la condena del responsable del homicidio de un camarógrafo, ocurrido en 2011, en general tienen un historial satisfactorio en las investigaciones de asesinatos de periodistas, según datos del CPJ.
Los periodistas sintieron los efectos de la violencia generalizada provocada por las pandillas o maras. El personal del sitio web de noticias El Faro enfrentó actos de intimidación después de informar sobre una red criminal en la cual estaban implicados empresarios y políticos, y después de revelar negociaciones secretas entre el gobierno y las pandillas. Sujetos no identificados siguieron y fotografiaron a periodistas de El Faro, declaró su director Carlos Dada. El ministro de Seguridad, David Munguía Payés, reconoció que el medio se encontraba en una situación de riesgo, pero en un inicio declinó otorgarle protección. El caso también puso de relieve la falta de solidaridad en la prensa salvadoreña, ya que pocos periodistas inicialmente salieron en defensa de El Faro. A nivel nacional, el índice de homicidios pareció descender después de que el gobierno negoció una tregua con las pandillas, aunque algunos funcionarios dieron a entender que al mismo tiempo las desapariciones iban en aumento. A pesar de la violencia social prevaleciente, los asesinatos de periodistas no son comunes en El Salvador. Las autoridades, que en mayo obtuvieron la condena del responsable del homicidio de un camarógrafo, ocurrido en 2011, en general tienen un historial satisfactorio en las investigaciones de asesinatos de periodistas, según datos del CPJ.
Tres periodistas han sido asesinados desde 1992 en represalia directa por su labor informativa. Otros dos murieron en circunstancias aún no esclarecidas y el CPJ continúa sus investigaciones.
El crecimiento de El Faro coincide con el aumento en el triple de la penetración de Internet en El Salvador en los últimos cinco años, de acuerdo con datos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).
El Faro reveló que 30 líderes de pandillas habían sido trasladados a prisiones con menor seguridad como parte de las negociaciones entre el gobierno y las pandillas. Los pandilleros acordaron modificar algunas de sus prácticas violentas a cambio de mejores condiciones carcelarias.