Diez países en deterioro: Desde Siria, asolado por el conflicto, hasta Brasil, aspirante a líder global. Por Karen Phillips
La ley ecuatoriana prohíbe que la familia presidencial se beneficie con contratos estatales. Pero después de que el libro, El gran hermano, escrito por Christian Zurita y Juan Carlos Calderón revelara que el hermano del Presidente Rafael Correa había obtenido $600 millones en contratos con el estado, los autores se vieron en problemas con la ley. Zurita y Calderón fueron hallados culpables de difamar al presidente y se les ordenó pagar $1 millón por daños y perjuicios a cada uno. Con posterioridad, Correa indultó a ambos, luego de cumplir con su meta de intimidar a la prensa nacional. “Quedó claro que ningún medio de comunicación, pequeño o mediano, informaría de modo fuertemente crítica sobre el gobierno”, afirmó Zurita en diálogo con el CPJ.
La utilización de disposiciones penales sobre difamación para silenciar el disenso por parte de Correa es una de las varias tácticas represivas del gobierno tomadas en cuenta por el CPJ para incluir a Ecuador en la lista de Países en Riesgo, que identifica los 10 estados del mundo en donde la libertad de prensa enfrentó mayores peligros en 2012. El CPJ, que por primera vez publica su lista de Países en Riesgo, también identificó a Siria y Somalia, naciones convulsionadas por el conflicto, junto a Irán, Vietnam, y Etiopía, gobernadas por un poder autoritario. Pero la mitad de los países en la lista -Brasil, Turquía, Pakistán y Rusia, junto con Ecuador- transitan democracias de distinto grado y ejercen significativa influencia en el escenario regional o internacional.
Para determinar los países incluidos en la lista, el plantel del CPJ examinó seis indicadores de libertad de prensa: fatalidades, encarcelamientos, legislación restrictiva, censura estatal, impunidad en los ataques contra la prensa y cantidad de periodistas exiliados. Los países designados en la lista no son necesariamente los peores lugares para la prensa; un cuadro así incluiría a naciones como Corea del Norte y Eritrea, en donde la libertad de expresión se ha visto reprimida. En cambio, la lista identifica los 10 países del mundo en donde el CPJ identificó las peores tendencias en materia de libertad de prensa durante 2012. Dichas tendencias incluían:
Altos índices de asesinatos e impunidad arraigada en Pakistán, Somalia y Brasil.
El uso de leyes restrictivas para silenciar el disenso en Ecuador, Turquía y Rusia
El encarcelamiento de numerosos periodistas habitualmente acusados de delitos contra el estado con el fin de coartar información crítica en Etiopía, Turquía, Vietnam y Siria.
Un índice excesivamente alto de fatalidades en Siria, donde los periodistas enfrentaron múltiples riesgos desde todos los sectores del conflicto.
Las amenazas a la libertad de prensa no se circunscribieron a las fronteras de estas naciones. Cuatro países de la lista de Países en Riesgo intentaron socavar iniciativas internacionales o regionales a favor de la libertad de prensa durante el año. Rusia presionó por lograr un control centralizado de Internet antes de la Conferencia Mundial de Telecomunicaciones Internacionales. Ecuador encabezó un esfuerzo respaldado por Brasil para debilitar la capacidad de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para intervenir en casos de abusos a la libertad de prensa sistémicos o graves. Brasil y Pakistán estuvieron entre el puñado de países que intentó desbaratar un plan de la ONU para mejorar la seguridad de periodistas y combatir la impunidad a nivel mundial.
Los obstáculos en Brasil son en particular alarmantes dada su condición de líder regional y sede de una vasta y diversa red de medios de comunicación. Pero una escalada en los asesinatos de periodistas, la imposibilidad para hacerle frente a la impunidad y un patrón de censura judicial han puesto en riesgo a la libertad de prensa en Brasil, según el CPJ. Turquía, también, ha proyectado una imagen como modelo regional para la libertad y la democracia. Pero aun cuando el Primer Ministro Tayyip Erdoğan expresó su compromiso con la libertad de prensa, su gobierno utilizó una ley antiterrorista como arma para encarcelar e intimidar a periodistas.
Menos sorprendentes, pero no menos preocupantes, son los obstáculos en Vietnam, Etiopía e Irán. Aunque Etiopía y Vietnam han sido elogiados por sus avances económicos, ambos países quedaron rezagados en términos de apertura y libertad de prensa. Las condiciones empeoraron en 2012, al tiempo que las autoridades etíopes y vietnamitas redoblaron sus esfuerzos por reprimir el disenso encarcelando periodistas y acusándolos de actuar contra el estado. Irán, ignorando las críticas internacionales sobre su registro en materia de libertad de prensa, intensificó su ataque contra las voces críticas que comenzó tras la disputada elección presidencial de 2009.
En Siria y en Somalia, donde los periodistas enfrentaron riesgos desde múltiples flancos, los índices de muertes aumentaron. El fuego cruzado fue la causa principal de muerte para periodistas en Siria, aunque al menos tres periodistas fueron blanco de asesinatos, según la investigación del CPJ. Tanto los rebeldes como las fuerzas leales al Presidente Bashar al-Assad estuvieron implicados en los actos de violencia contra la prensa. Los 11 reporteros muertos en Somalia en 2012, el año más sangriento para la prensa, fueron atacados en represalia directa por su labor informativa. Tanto insurgentes como funcionarios gubernamentales fueron sospechados de participar en los crímenes. En ambos países, son los jóvenes periodistas, muchos de ellos con poco entrenamiento y experiencia, los que más han sufrido las consecuencias del conflicto.
A continuación, en orden alfabético, se muestran los informes sobre los diez países incluidos en la lista de Países en Riesgo del CPJ:
BRASIL
Cuatro periodistas cayeron víctimas de asesinatos en Brasil en 2012, equiparando la cifra de muertos a la del año anterior y convirtiendo al país en el cuarto más letal del mundo para la prensa durante este período, según revela la investigación del CPJ. Seis de siete periodistas asesinados en los dos últimos años habían informado sobre corrupción oficial o crimen y todos, excepto uno de ellos, trabajaban fuera de los grandes centros urbanos. El sistema judicial de Brasil no logró resolver los crímenes y enjuiciar a los responsables.
“La falta de investigaciones serias sobre estos crímenes les dio a los agresores la noción de que no serán identificados ni castigados”, afirmó Mauri König, veterano reportero de investigación que fuera honrado por el CPJ en 2012 con un Premio Internacional a la Libertad de Prensa. Brasil se ubicó en el puesto 11 en el Índice de Impunidad del CPJ, que calcula los asesinatos no resueltos de periodistas como un porcentaje de la población de cada país.
La censura judicial sigue siendo un problema en Brasil, donde empresarios, políticos y funcionarios públicos han iniciado cientos de demandas judiciales alegando que los periodistas críticos ofendieron su honor o invadieron su privacidad, reveló la investigación del CPJ. Las partes demandantes suelen buscar fallos judiciales que les impidan a los periodistas publicar cualquier cosa sobre ellos y los obligue a retirar material publicado en Internet. En los primeros seis meses de 2012, afirmó Google, tribunales en Brasil y otras autoridades enviaron a la empresa 191 órdenes judiciales para que retiraran material.
“Dichos juicios socavan la democracia y la prensa de Brasil, y crean un clima de incertidumbre legal que, en cierta medida, se refleja en la calidad de la información que se brinda sobre temas de interés público”, afirmó König.
Brasil también fracasó en su apoyo a la libertad de prensa en el escenario global. En marzo, las objeciones planteadas por Brasil y un puñado de otras naciones casi frustraron un plan de la ONU para mejorar la seguridad de los periodistas y combatir la impunidad a nivel mundial. Tres meses después, Brasil apoyó una ofensiva encabezada por Ecuador para debilitar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y a su relatoría especial para la libertad de expresión.
ECUADOR
Una legislación recientemente sancionada le impide a la prensa promover a candidatos políticos, “directa o indirectamente” durante los 90 días previos a una elección. La ley, impulsada por el gobierno de Correa, también les prohíbe a los medios publicar o transmitir cualquier tipo de información, fotografías u opiniones sobre una elección en las 48 horas previas a la votación. Esta iniciativa fue, en gran medida, considerada beneficiosa para Correa en su apuesta a la reelección en 2013.
El presidente impuso la práctica de demonizar a la prensa y calificar regularmente a los periodistas de “mentirosos” si no coinciden con los puntos de vista oficiales. “El gobierno adoptó una política que se basa en crear una polarización entre prensa y gobierno,” afirmó Zurita. Al enfrentar acoso legal, tres periodistas debieron abandonar el país en 2012, marcando la primera aparición de Ecuador en el informe anual de reporteros exiliados del CPJ, que describe los casos de periodistas que se vieron forzados a huir de sus países. (Dos de estos periodistas pudieron regresar posteriormente). En septiembre, una serie de amenazas obligaron a la periodista Janet Hinostroza a tomar licencia de su programa en la emisora privada Teleamazonas, donde había investigado acusaciones sobre conductas impropias relacionadas con un familiar del presidente.
Aunque el gobierno erigió una de las redes más grandes de medios estatales en el hemisferio, el organismo regulador clausuró por lo menos 11 emisoras durante el año. Si bien el gobierno argumentó que se habían cometido violaciones reglamentarias, en la mayoría de los casos las emisoras habían sido críticas del gobierno.
ETIOPÍA
Las autoridades etíopes hicieron uso de una ley antiterrorismo para silenciar a sus críticos. A fin de año, seis periodistas languidecían en prisión, lo que convirtió a Etiopía en el segundo peor carcelero de periodistas de la región, sólo detrás del vecino país de Eritrea. La mayoría de los detenidos fueron condenados bajo la ley antiterrorista, que criminaliza la cobertura informativa de grupos de oposición y separatistas, según reveló el CPJ. “Sólo contamos con unos pocos periódicos independientes y emisoras no privadas y la ley antiterrorista está eliminando a los pocos que existen”, afirmó un periodista etíope que habló en condición de anonimato por temor a sufrir represalias.
Cuatro periodistas huyeron de Etiopía ante la posibilidad de ser encarcelados, según reveló el informe sobre periodistas exiliados del CPJ en 2012. Al menos 49 periodistas etíopes fueron obligados a exiliarse desde 2007, la tercera cifra total más elevada en el mundo. La investigación del CPJ indica que los periodistas en el exilio enfrentan importantes obstáculos para preservar su salud y su seguridad, y sólo un 17 por ciento puede seguir ejerciendo su profesión.
La supresión de las noticias fue reflejada por el vacío informativo que rodeó la prolongada enfermedad que precedió al fallecimiento en agosto del Primer Ministro Meles Zenawi. El gobierno, que insistió en que Meles estaba bien hasta su deceso, cerró el único periódico local que intentó examinar la ausencia del primer ministro de la mirada pública durante semanas. Los periodistas afirmaron que no se sienten optimistas de que las condiciones mejoren con el nuevo líder, Hailemariam Desalegn. El gobierno “no querría permitir ninguna amenaza al nuevo liderazgo”, afirmó el periodista. “Los medios son una de las mayores amenazas que quisieran evitar.”
IRÁN
Las autoridades mantuvieron un control absoluto sobre la prensa, encarcelando a 45 reporteros y editores al 1 de diciembre -el segundo país con mayor número de periodistas presos en el mundo-, al tiempo que impusieron censura a los medios digitales y obligaron a periodistas a exiliarse. Los periodistas encarcelados están sometidos a terribles condiciones que incluyen prolongados períodos de reclusión en aislamiento, privación de atención médica y tortura. En noviembre, el bloguero en prisión Sattar Beheshti murió estando bajo custodia estatal poco después de haberse quejado por severo maltrato.
Al menos cuatro periodistas huyeron del país, según el informe sobre periodistas exiliados del CPJ en 2012, uniéndose a, por lo menos, otros 64 colegas que ya estaban viviendo en el exilio. Solamente Somalia forzó al exilio a un número mayor de periodistas desde 2007. Además de enfrentar preocupaciones financieras y legales, la mayoría de los periodistas iraníes exiliados viven con temor de represalias por parte del gobierno, según entrevistas del CPJ. Varios que viven en Turquía e Irak denunciaron ser perseguidos y hostigados por agentes de seguridad iraníes.
Irán se ubicó cuarto en el mundo en relación a censura impuesta por el gobierno a los medios, según un análisis difundido por el CPJ en mayo. El encarcelamiento masivo de periodistas es sólo una de varias tácticas usadas por autoridades iraníes para reprimir el disenso. El aparato de censura en Internet es experto en bloquear millones de sitios digitales, desbaratar programas para combatir la censura, e intimidar a reporteros a través de redes sociales. El gobierno también interfiere las señales satelitales, incluyendo las del servicio en idioma persa de la BBC.
PAKISTÁN
Con siete periodistas asesinados en 2012, Pakistán se convirtió en el tercer lugar más letal del mundo para ejercer la labor periodística, según reveló el CPJ. Cinco víctimas cayeron al ser blanco de ataques y otros cuatro periodistas mientras trabajaban en la alterada provincia de Beluchistán, donde la prensa se ve, de modo creciente, atrapada entre facciones separatistas y fuerzas del ejército militar. “El gobierno no hace nada. Sólo condena, pero más allá de esto no existe ninguna acción concreta”, afirmó Umar Cheema, reportero de The News, diario pakistaní en idioma inglés. Cheema, quien fuera secuestrado y atacado en 2010, también criticó a las empresas de medios por no hacer lo suficiente para proteger a los reporteros.
Con 19 asesinatos de periodistas sin resolver en la última década, el país se ubica décimo en el Índice de Impunidad del CPJ, que pone de relieve los países donde los periodistas son asesinados periódicamente y los criminales quedan libres. La combinación de violencia e impunidad obligó a seis periodistas a exiliarse, el doble de los que habían abandonado el país el año anterior, según el informe sobre periodistas exiliados del CPJ en 2012.
En marzo, Pakistán se hallaba entre el reducido grupo de naciones que intentó desbaratar un plan de la ONU para combatir la impunidad a nivel mundial. Aunque el plan avanzó, la continua oposición de este país podría debilitar su efecto.
RUSIA
Un clima de libertad de prensa que había mejorado levemente bajo el gobierno de Dmitry Medvedev se deterioró a las semanas del regreso de Vladimir Putin a la presidencia en mayo de 2012. Putin firmó una serie de proyectos de ley restrictivos que apuntaron a reprimir el disenso y limitar el trabajo de la sociedad civil. La legislación incluyó una serie de duras restricciones a las organizaciones no gubernamentales y estrictas limitaciones a las asambleas públicas. Dos medidas directamente afectan a la prensa: la penalización de la difamación (que acababa de despenalizarse con Medvedev) y un estatuto restrictivo para regular el contenido en Internet.
La nueva ley de difamación establece una multa máxima de 5 millones de rublos (150 mil dólares estadounidenses), un salto exponencial de la multa por 3 mil rublos que se había estipulado anteriormente. La pena es prohibitiva para muchos medios independientes y partidarios de la oposición. El estatuto vuelve a todos los medios vulnerables a procesos motivados políticamente. La medida de Internet les permite a las autoridades bloquear los sitios que se consideran “de contenido ilegal”. Las vagas definiciones de la ley sobre el contenido ilegal incluyen “hacer propaganda bélica” e “incitar al odio interétnico.” Los periodistas están preocupados de que la ley será usada para silenciar las opiniones críticas en Internet, que ya ha surgido como el lugar desde el cual difundir noticias independientes.
“Como dicen en Rusia, las autoridades están ajustando los tornillos”, afirmó Nadezhda Prusenkova, vocera de Novaya Gazeta, una de las pocas publicaciones que investiga la corrupción oficial en Rusia.
Con 16 asesinatos de reporteros sin resolver en la última década, Rusia muestra el noveno peor registro mundial en su lucha contra los crímenes de periodistas, según el Índice de Impunidad del CPJ. Aunque el CPJ no documentó ningún asesinato vinculado a la labor informativa en 2012, efectivamente halló numerosos ataques, amenazas y casos de intimidación. Kazbek Gekkiyev, conductor del noticiero de la emisora estatal VGTRK, fue asesinado a tiros en la ciudad de Nalchik, en el Cáucaso Norte, en diciembre.
SOMALIA
En un país con un extenso historial de violencia y muerte, las fatalidades alcanzaron un nuevo récord en 2012 cuando 12 periodistas cayeron en relación directa por su labor informativa, según la investigación del CPJ. Una serie de sangrientos ataques en Mogadiscio dejó como saldo cuatro periodistas muertos en un período de 24 horas en septiembre. Aunque las muertes por fuego cruzado se hicieron comunes en el pasado en este país agobiado por conflictos, todos los reporteros muertos en 2012 fueron víctimas de ataques dirigidos directamente a ellos.
“Todos están armados, de modo tal que la amenaza es constante”, afirmó Abdulaziz Billow, corresponsal en Mogadiscio de la emisora iraní Press TV. En un clima así, afirmó, la labor informativa se ve limitada. “Si uno investiga a una persona, al día siguiente puede recibir una bala en la cabeza”.
Existe poco que pueda disuadir a los asesinos en Somalia, el segundo peor país en el mundo en combatir los crímenes contra periodistas, según el Índice de Impunidad del CPJ. Ni un solo asesinato de periodistas fue procesado con éxito desde 1992, según la investigación del CPJ. “La gente que asesina periodistas continúa caminando libremente en la ciudad al día siguiente”, afirmó Billow. “Sin instituciones que funcionen, los asesinos de periodistas no son procesados.”
La violencia sin control llevó a que siete periodistas somalíes huyeran al exilio, más que en cualquier otro país del mundo, según el informe de periodistas exiliados del CPJ en 2012. Por lo menos 78 periodistas huyeron de Somalia en 2007, devastando a la prensa de ese país.
SIRIA
Al tiempo que escalaba hacia una guerra civil, Siria se convirtió en el país más letal para periodistas. Por lo menos unos 28 periodistas murieron en el conflicto y otros dos desaparecieron en 2012, según la investigación del CPJ. Los reporteros locales y periodistas ciudadanos conformaron la mayoría de los muertos, aunque al menos cuatro corresponsales extranjeros también murieron cumpliendo con su labor informativa. Los fotógrafos y los videógrafos fueron quienes enfrentaron riesgos especialmente altos.
“Cuando se intenta fotografiar la violencia, uno puede morir en cualquier momento por un bombardeo o un fuego cruzado”, afirmó Sami al-Rifaie, de 23 años, periodista ciudadano que trabaja fuera de la ciudad de Homs. “Del otro lado, está el gobierno que está buscando encontrarlo, capturarlo y castigarlo para dar un ejemplo a otros activistas”. Aunque la investigación del CPJ muestra que las fuerzas del gobierno leales al Presidente Bashar al-Assad están detrás de muchas de las muertes en Siria, algunos ataques recientes contra periodistas y medios considerados partidarios del gobierno fueron atribuidos a fuerzas rebeldes.
Siria se ubicó en tercer lugar en la lista de países con mayor censura del mundo este año, según estimó el CPJ, a medida que el gobierno de Assad buscó impedir que se cubriera la información sobre el alzamiento de modo independiente. Además de inhabilitar las redes telefónicas, la electricidad y la Internet, las autoridades se vieron implicadas en ataques usando software malicioso contra reporteros y han usado la tortura para extraer contraseñas digitales de periodistas. Al menos 15 periodistas estaban presos cuando el CPJ realizó su censo mundial el 1 de diciembre.
TURQUÍA
Con 49 periodistas en prisión por su labor informativa al 1 de diciembre, Turquía surgió como el país líder en el mundo en cantidad de periodistas encarcelados, según revela la investigación del CPJ. Un informe especial de octubre de 2012, describió leyes sumamente represivas, en particular en el código penal y la ley antiterrorismo; un procedimiento penal que favorece, en gran medida, al estado; y un tono duro contra la prensa en los más altos niveles de gobierno.
Los periodistas kurdos, acusados de respaldar al terrorismo por informar sobre opiniones y actividades del proscripto Partido de Trabajadores de Kurdistán, constituyen la mayoría de los periodistas en prisión. Están acusados conforme a una ley antiterrorismo redactada en términos amplios que permite a las autoridades asociar las actividades periodísticas con la participación en organizaciones terroristas. Más de tres cuartos de los periodistas presos no habían sido condenados por ningún delito, pero seguían retenidos mientras aguardaban la resolución de sus casos.
Erdoğan se ha acostumbrado a presentar demandas por difamación y a arremeter en público contra los críticos en la prensa mientras exhorta a los dueños de medios a que les pongan freno. “Estamos a merced del gobierno”, afirmó un periodista, que habló en condición de que su identidad no fuese revelada. “Si escribo algo que enfurezca a [Erdoğan], él puede hacer que al día siguiente me despidan del trabajo”. En este contexto, la autocensura es la clave para seguir con empleo y fuera de la cárcel.
VIETNAM
Con al menos 14 periodistas en prisión, Vietnam es el segundo peor país de Asia en cantidad de reporteros encarcelados, según el censo anual publicado por el CPJ. Muchos de los detenidos fueron acusados o condenados de delitos contra el estado vinculados con las publicaciones en sus blogs sobre temas políticamente sensibles. Un informe especial del CPJ en 2012 reveló que el gobierno del Primer Ministro Nguyen Tan Dung ha atacado a periodistas que trabajan en Internet, enviando a prisión a blogueros y sancionando legislación restrictiva.
El gobierno dominado por el Partido Comunista controla a todos los medios tradicionales en Vietnam; las autoridades se reúnen cada semana con altos directores de periódicos para determinar la agenda de noticias e identificar los temas prohibidos. “En Vietnam, hay muchas cuestiones que no están bien -la corrupción, los problemas sociales, los problemas políticos- sobre los cuales a los periodistas no se les permite escribir,” afirmó Huynh Ngoc Chenh, bloguero y editor senior jubilado del periódico Thanh Nien.
Los blogs y otros medios de noticias digitales, que alguna vez constituyeron un lugar de efervescencia para las opiniones críticas, son los nuevos blancos de la censura del gobierno. Recientes medidas que apuntan a reprimir la libertad de prensa en Internet incluyeron la vigilancia reforzada de los blogs, leyes que impiden la publicación de información considerada una amenaza a la seguridad o unidad nacional y el despliegue de funcionarios de seguridad que se presentan como usuarios de Internet habituales y critican con dureza y hostigan a los blogueros, según la investigación del CPJ. Un proyecto de decreto del ejecutivo obligaría a las empresas internacionales de tecnología a establecer centros de datos y oficinas en Vietnam que, según afirman los analistas, erosionaría la seguridad de las direcciones IP y pondría a los críticos en una posición aún más vulnerable.
Informes detallados sobre éstos y otra decena de países están disponibles en cpj.org/attacks.
Karen Phillips es una escritora independiente que trabaja en Nueva York. Anteriormente se desempeñó en el programa de Asistencia y el programa de las Américas del CPJ. Es autora del informe especial “Tras la primavera negra, nueva ola de represión en cuba,” publicado por el CPJ en 2011.