Por Carlos Lauría/Coordinador Senior del Programa de las Américas
La respuesta de los funcionarios cubanos no tomó a nadie por sorpresa. A la conocida bloguera cubana Yoani Sánchez le había sido negado, una vez más, permiso para salir del país luego de haber recibido una visa de la embajada brasileña para asistir a un festival de cine. “Me siento como el rehén secuestrado por alguien que no escucha, ni da explicaciones. Un gobierno con pasamontañas y pistola en el cinto”, según el tweet que envió Sánchez el viernes cuando el gobierno cubano negó su pedido para viajar a Brasil. Fue, según informó la bloguera, la decimonovena ocasión en la que su solicitud para salir de la isla le ha sido negada. Como en el pasado, los funcionarios no proporcionaron ninguna razón para explicar el rechazo.
El cineasta brasileño Dado Galvao anunció el martes que pospuso el estreno del documental “Conexión Cuba-Honduras”, un film sobre libertad de prensa en ambos países, en solidaridad con la bloguera cubana, quien participó en la película. La Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, quien visitó Cuba la semana pasada y se negó a reunirse con Sánchez y cualquier integrante de la disidencia, habló con los periodistas antes de que Cuba negara a la bloguera permiso para salir del país. “Brasil dio su visa. Los demás pasos no son competencia del gobierno brasileño”, afirmó entonces Rousseff.
El trabajo de Sánchez es bien conocido afuera de Cuba. Ha recibido varios galardones internacionales, incluyendo el Premio Maria Moors Cabot por excelencia en periodismo latinoamericano de la Universidad de Columbia, y escribe blogs en forma regular para el Huffington Post. Otro indicador de la fama obtenida por Sánchez quedó en evidencia cuando el Presidente Barack Obama le respondió un cuestionario escrito que ella había enviado a la Casa Blanca en noviembre de 2009.
A Sánchez no sólo le han negado permiso para viajar al exterior sino que también ha sufrido acoso oficial por su labor. A comienzos de noviembre de 2009, Sánchez y otros dos blogueros independientes fueron detenidos, hostigados y agredidos por agentes de la seguridad del estado cuando se dirigían a una marcha pacífica en La Habana. Sánchez también ha sido víctima de campañas de descrédito por parte de los medios oficiales en Cuba, que la han descripto como una “cibermercenaria” al servicio de gobiernos extranjeros.
Una comunidad de blogueros, vibrante y entusiasta, ha emergido en Cuba en los últimos años, según la investigación del CPJ. Los blogueros, que enfrentan severas restricciones legales, económicas y tecnológicas, son en su mayoría jóvenes y de diversas profesiones. Sus blogs periodísticos analizan en forma crítica temas que los cubanos enfrentan a diario: escasez de alimentos, salud, educación, problemas de vivienda y la falta de acceso a Internet, según reveló un informe especial del CPJ difundido en 2009.
Defensores de la libertad de prensa y periodistas cubanos coinciden en señalar a Yoani Sánchez como la pionera de esta comunidad de blogueros. Sánchez, quien empezó a bloguear en abril de 2007, fue la primera en utilizar su firma. Su blog, Generación Y, y otros varios están colgados en el portal alemán Desde Cuba, un sitio, según su página de introducción, “para el ejercicio del periodismo ciudadano” dónde se puede “dar visibilidad a las opiniones que no encuentran un espacio en los medios oficiales cubanos ni en otras publicaciones condicionadas por requerimientos políticos”.
La visita de Rousseff a Cuba, su primera como presidenta, había despertado expectativas entre periodistas independientes, blogueros y disidentes políticos en el sentido que la mandataria hablaría sobre derechos humanos en la isla. Pero la líder brasileña se mantuvo al margen de la cuestión y en cambio se dedicó al principal objetivo del viaje: desarrollar el comercio y mejorar la economía cubana. Sánchez escribió un artículo en su blog previo a la visita, en el que afirmó que esperaba que el comportamiento de Rousseff fuera “consecuente con la algarabía democrática, en lugar de optar por el silencio cómplice ante una dictadura”. Pero la visita de Rousseff mostró, claramente, que los líderes latinoamericanos aún se muestran renuentes a manifestarse sobre las graves violaciones a los derechos humanos cuando viajan a Cuba.