Por Walfran Torres Gómez
El 24 de febrero, mientras trabajaba en un barrio bajo de la ciudad de Aguachica, departamento del Cesar, un grupo de hombres armados me interceptó y me amenazó de muerte. “Periodista, cállate o te mueres”, me dijo uno de los hombres, quienes se identificaron como “Los Urabeños”, una de las muchas bandas emergentes que reemplazaron a los grupos paramilitares luego del proceso de desmovilización impulsado por el ex presidente Álvaro Uribe Vélez. Los delincuentes no mencionaron el motivo de las amenazas. Antes de retirarse, agregaron: “Cuídese periodista. Si abre su boca y se mete en lo que no le importa, su familia nos las pagará.”
Poco antes de ser amenazado, informé sobre una estafa de una fundación local contra miles de familias para un proyecto de vivienda. También informé la interferencia de las bandas criminales -incluyendo “Los Urabeños”–en los procesos electorales para elegir autoridades municipales en al menos 60 municipios colombianos en octubre.
Al día siguiente del ataque, abandoné Aguachica por seguridad y me trasladé a Bogotá, adonde denuncié las amenazas ante la Fiscalía General de la Nación y la Fundación para la Libertad de Prensa.
Las investigaciones han avanzado, aunque muy lentamente. Las autoridades ya capturaron a seis integrantes de los “Urabeños”, entre los cuales se encontraría uno de los sujetos que participó en las amenazas y agresiones contra mi persona.
Aunque extraño mi tierra, el abrazo de mi familia, y poder seguir trabajando para mis oyentes en Aguachica, he tratado de conseguir trabajo, y así reiniciar mi carrera en la gran ciudad. Pero la reubicación no es nada sencillo en una ciudad de 9 millones de habitantes que recibe diariamente a docenas de colombianos que llegan expulsados por la violencia criminal que se vive en las áres más rurales del país. En mayo de 2010, el periodista radial Edgar Astudillo fue también obligado a trasladarse desde la ciudad de Montería hacia Bogotá, luego de que una banda criminal conocida como “Los Paisas”, lo amanezara de muerte. A pesar de los muchos obstáculos, sigo combatiendo el principal propósito de la gente mala en mi país: el silencio de la gente buena.
Walfran Torres Gómez, periodista colombiano, trabajó para el periódico El Sur Caribe y radios locales en el departamento del Cesar