SURINAM
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LUEGO DE AGUANTAR cuatro años bajo un gobierno dominado por el partido del hombre fuerte Desi Bouterse, los periodistas surinameses sintieron alivio cuando Ronald Venetiaan regresó al poder en agosto, como líder de una coalición de partidos étnicos que triunfó en las elecciones populares de mayo.
Poco después de asumir el cargo el 12 de agosto, Venetiaan, quién también gobernó el país desde 1991 hasta 1996, sostuvo encuentros con varios representantes de los medios, entre ellos los directores de los dos diarios de Surinam, De Ware Tijd y De West. «Recalcó que quiere tener una buena relación y que recibiremos toda la cooperación que necesitemos», declaró Nita Ramcharan, directora del De Ware Tijd. La reunión fue significativa, ya que bajo el gobierno anterior los periodistas continuamente eran víctimas de hostigamiento y de insultos por parte de Bouterse. En 1999, cuando hubo numerosos brotes de manifestaciones y huelgas, el gobierno presionó a la prensa para que le bajaran el tono a la cobertura de las protestas, al convocar a los directores de los medios a reuniones que fueron vistas como intimidatorias. A fines de año, Bouterse enfrentaba procesos judiciales tanto en Surinam como en los Países Bajos por su papel en la masacre de 15 opositores políticos en 1982. Mientras tanto, otro tribunal neerlandés lo sentenció a 11 años de prisión por contrabando de cocaína. A pesar del enjuiciamiento, Bouterse aún sigue siendo una fuerza política en Surinam como miembro opositor del Parlamento. Los observadores de los medios notaron menos temor y mejor cobertura política en la prensa local a fines de año, particularmente en De Ware Tijd y De West. Sin embargo, existe poco o ningún tipo de periodismo investigativo en este país de 450 000 habitantes, aislado del resto del continente por su idioma oficial, que es el holandés. Aparentemente, la arraigada cultura de intolerancia de Surinam prohíbe que los periodistas hagan labores de investigación para descubrir casos de corrupción. |