HAITI
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EL PERIODISMO HAITIANO RECIBIÓ UN DURO GOLPE en abril con el asesinato de Jean Léopold Dominique, el periodista más destacado del país y un veterano defensor de la libertad de expresión. El 3 de abril, un pistolero no identificado le disparó siete veces a Dominique cuando entraba en el patio de Radio Haïti Inter para su emisión matutina. El vigilante Jean-Claude Louissaint también fue asesinado a balazos en el ataque.
Dominique, de 69 años de edad, era amigo cercano y consejero político del presidente René Préval, y era prácticamente el único reportero de Haití que se atrevía a hacer serios trabajos de investigación. En una carta fechada 4 de abril y dirigida a Préval, el CPJ hizo un llamado a favor de una investigación exhaustiva e insistió en que se encontrara a los autores del crimen y se les enjuiciara. En julio, el gobierno designó al Bufete de Abogados Internacionales (Bureau des Avocats Internationaux) para que brindara apoyo legal a la investigación. (El mismo equipo legal trabajó en un caso que en noviembre arrojó como resultado las condenas de más de 50 exparamilitares y soldados del ejército por su papel en una masacre ocurrida en un barrio marginal en 1994.) Y en septiembre, el ministro de Justicia designó un nuevo juez debido a los retrasos en la investigación. Michele Montas, la viuda de Dominique y directora de Radio Haïti Inter, declaró al CPJ que hasta ahora habían sido arrestados cuatro sospechosos. Uno de ellos al parecer murió de un paro cardíaco tras someterse a una operación por heridas de bala leves, y luego su cuerpo desapareció misteriosamente de la morgue local. En Haití, donde ocho de cada diez personas no saben leer y el precio de un televisor puede exceder el salario anual promedio, la radio sigue siendo el principal medio de comunicación, con docenas de estaciones FM en el aire. Muchas estaciones están politizadas, y prácticamente ninguna hace trabajos de investigación por los riesgos que esto implica. El país cuenta con dos diarios principales, Le Matin y Le Nouvelliste, al igual que tres semanarios politizados que circulan tanto en los Estados Unidos como en Haití: Haïti-Observateur, Haïti Progrès y Haïti En Marche. The Haitian Times, con tan sólo un año de vida, es dirigido por el exreportero del The New York Times Garry Pierre-Pierre y busca informar a los haitianos angloparlantes tanto en Haití como en el exterior sobre hechos de actualidad en Haití y en la diáspora haitiana. El ya de por sí turbulento clima político haitiano se vio sacudido una vez más por la violencia en torno a las elecciones legislativas y presidenciales de mayo y noviembre, respectivamente, que otorgaron una abrumadora victoria al expresidente Jean-Bertrand Aristide y su oficialista partido Familia Lavalas (FL). Aristide, cuya toma de posesión fue programada para el 7 de febrero, fue reelegido el 26 de noviembre con el 92% de los votos en unas elecciones nacionales que fueron eludidas por aliados internacionales y los principales partidos de oposición luego de que Haití no rectificó los cuestionados resultados de las elecciones parlamentarias del 21 de mayo. Violaciones de la libertad de prensa vinculadas a la violencia electoral y la intimidación llevaron a varios reporteros al exilio. Los locutores de Radio Vision 2000 Daly Valet y Donald Jean se mudaron al Canadá en mayo tras recibir numerosas amenazas por su cobertura crítica del gobierno y de la FL. (Uno de sus colegas de la radioemisora, el reportero Léontes Dorzilme, se mantuvo escondido por alrededor de un mes). El 8 de abril, día del funeral de estado dado a Dominique, una turba pro Lavalas que acababa de incendiar la cercana sede de un partido de oposición se dirigió a Radio Vision 2000 gritando consignas agitadoras y demandando la presencia de Valet y Dorzilme. Y después de las muy controvertidas elecciones de mayo, la radioemisora recibió llamadas que pedían no referirse a los resultados electorales como «disputados». El día de las elecciones presidenciales, el 26 de noviembre, varias radioemisoras recibieron amenazas luego de que informaron acerca de la baja asistencia a las urnas en la capital y otras provincias. Algunas llamadas anónimas ordenaron a las estaciones no emitir comentarios acerca de las elecciones. La estación privada Radio Galaxie, que recibió llamadas que le pedían anunciar una mayor asistencia de votantes, cerró en medio de la votación y no volvió a transmitir sino hasta cuatro días después. Luego de las elecciones, media docena de medios noticiosos recibieron reiteradas amenazas anónimas en las que les advertían que no criticaran ni al gobierno ni al partido de Aristide. Radio Caraïbes, que para fines de año recibía estas amenazas casi a diario, dejó de transmitir por casi tres semanas luego de que en una llamada dijeron: «si no cierran, los obligaremos a cerrar». La llamada ocurrió después del noticiero político semanal de la estación, «Ranmase» («Resumen»), durante el cual miembros de un grupo opositor criticaron al gobierno y cuestionaron la legitimidad de las elecciones del 26 de noviembre. En enero, Préval rescindió la promesa de firmar la Declaración de Chapultepec, una afirmación de los principios sobre la libertad de prensa avalada por la Sociedad Interamericana de Prensa, con sede en Miami, y que ha sido firmada por numerosos jefes de estado latinoamericanos. |