Nueva York, 11 de octubre del 2000 – Guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) dejaron en libertad al reportero Jaime Horacio Arango y al fotógrafo Jesús Abad Colorado el 8 de octubre, dos días después de secuestrarlos en un bloqueo vial en el departamento central de Antioquia, según versiones locales y fuentes del CPJ.
Arango y Abad Colorado, que trabajaban para el diario El Colombiano de Medellín, habían sido asignados a cubrir el puesto del ELN en la carretera entre Bogotá y Medellín, la capital de Antioquia. Fueron detenidos por guerrilleros del ELN el 6 de octubre entre los poblados de El Santuario y Cocorná, y su jeep fue incendiado. Los guerrilleros dejaron ir al chofer de los periodistas, Fabio Sánchez, quien llegó a Medellín esa misma noche.
Al día siguiente, tras la declaración de una tregua de 24 horas en la zona por parte del ELN, delegados de la no-gubernamental Comisión Facilitadora de Paz de Antioquia se reunieron con los guerrilleros para buscar la liberación de los periodistas.
El 8 de octubre, el ELN entregó a Arango y Abad a la delegación en una zona rural en el municipio de Granada, en el este de Antioquia.
Arango y Abad Colorado forman el segundo grupo de periodistas cubriendo ese bloqueo vial en ser secuestrados en 48 horas. El 5 de octubre, el ELN dejó en libertad a Andrés Gil, Gustavo González y Pedro Pinto, miembros de un equipo del canal de televisión RCN TV, 13 horas después de secuestrarlos en una zona remota de Antioquia.
El aparente motivo del ELN para los secuestros es protestar la falta de cobertura en la prensa de las presuntas violaciones de derechos humanos cometidas por el ejército colombiano en el este de Antioquia. En declaraciones a RCN TV el 6 de octubre, el comandante del ELN “Timoleón” acusó al ejército de impedir la distribución de alimentos en la zona y de provocar apagones.
“Estamos sumamente preocupados por el hecho de que el secuestro de periodistas es cosa de rutina en Colombia”, declaró la directora ejecutiva del CPJ Ann Cooper. “El ELN debe de dejar de emplear la violencia o las amenazas de violencia para influenciar la cobertura de una noticia o para intimidar a periodistas”.