Bogotá, Colombia, 7 de diciembre de 2020 – Las autoridades colombianas deben investigar exhaustivamente las amenazas de muerte recibidas por empleados de Caracol TV y garantizar que puedan trabajar libremente, declaró hoy el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés).
El 16 de noviembre, Arlex Piedrahita, camarógrafo de noticias de Caracol TV, huyó a Estados Unidos con su familia tras recibir una amenaza de muerte y otros mensajes amenazadores de parte de sujetos que afirmaban pertenecer a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), un grupo rebelde de tendencia marxista, según informaciones de prensa y el testimonio del periodista, quien habló con el CPJ por una aplicación de mensajería.
Según Piedrahita, él y otros dos periodistas de Caracol TV, Eduardo Manzano y Alexander Cárdenas, recibieron varias amenazas de muerte de integrantes de las FARC tras informar sobre el tráfico ilegal de marihuana en el occidente colombiano en noviembre de 2019.
Manzano y Cárdenas huyeron de Colombia el año pasado y permanecen exiliados, según la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), con sede en Bogotá.
“Lamentablemente las amenazas de grupos ilegales armados no son nada nuevo para los periodistas colombianos, pero el Estado colombiano tiene la responsabilidad de garantizar que esos periodistas puedan seguir trabajando de manera segura”, declaró Natalie Southwick, coordinadora del Programa de Centroamérica y Sudamérica del CPJ, desde Nueva York. “Si los trabajadores de prensa amenazados, como Arlex Piedrahita y sus compañeros, sienten que abandonar el país es la única opción para estar a salvo, entonces los programas de protección de periodistas de Colombia necesitan una reforma a fondo”.
Piedrahita declaró al CPJ que había recibido varios mensajes amenazadores, el último de los cuales fue un mensaje de texto que le enviaron el 16 de octubre y que lo obligó a huir del país. El mensaje, al cual tuvo acceso el CPJ, decía: “Sapo HP, te vas a morir vos y toda tu familia, te has olvidado que sos un objetivo militar. No estamos jugando, ya estás pago, te tenemos ubicado y el tiempo ya se te acabó, te vamos a matar sapo HP”.
Los otros mensajes instaban a Piedrahita a dejar su trabajo, expresó el periodista. En los mensajes que el CPJ revisó, los emisores se identificaban como integrantes de las FARC.
Cuando Piedrahita recibió los primeros mensajes amenazadores luego de las coberturas noticiosas de Caracol TV en 2019, el periodista en un inicio permaneció en su ciudad natal, Cali, en el suroccidente de Colombia, donde la gubernamental Unidad de Protección Nacional le entregó un chaleco antibalas y un botón de pánico para alertar a la Policía en una emergencia.
Como precaución adicional, aseguró el periodista, él había estado moviéndose constantemente de un lugar a otro y durmiendo en casa de parientes y amigos. Sin embargo, añadió, era una situación difícil para su esposa, quien había solicitado tratamiento médico para el estrés, y el hijo de siete años de la pareja. Piedrahita también precisó que recientemente no había trabajado en ningún reportaje sobre temas delicados.
“Yo llegaba a la casa de noche y mi esposa me tenía que ayudar a quitarme el chaleco [antibalas]”, señaló. “Esa no es manera de vivir. No pudimos soportarlo más”.
Piedrahita expresó que ahora trabaja en Miami y tiene planes de vivir permanentemente en Estados Unidos.
El CPJ envió un correo electrónico a la Fiscalía General de la Nación para preguntar por el estado de la investigación sobre las amenazas que Piedrahita había recibido, pero no tuvo respuesta.