Conectar a Cuba

Mantenerse conectado en un mundo sin conexiones

Por Alexandra Ellerbeck

Para Elaine Díaz Rodríguez, fundadora de Periodismo de Barrio, el acceso a la Internet en la mal conectada isla es muy escaso. “Nuestros reporteros tienen menos de 10 horas al mes de acceso a la Internet”, indicó al CPJ durante la conferencia de la Asociación de Estudios Latinoamericanos, en Nueva York, donde aprovechaba la señal Wi-Fi del hotel. “Entre la medianoche y las 3 de la madrugada de cada noche, descargo información de la Internet. Ya es parte de la cultura profesional regresar a Cuba con una memoria USB”.

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La experiencia de Díaz refleja la de otros periodistas y blogueros cubanos que, pese a las promesas del gobierno de aumentar el acceso, afirmaron que cuando se conectan a la Internet, con frecuencia por períodos cortos y a elevados precios, son objeto de la vigilancia estatal, el acoso virtual y la censura esporádica. Otros obstáculos son las lentas velocidades de conexión y la insuficiencia de los puntos de acceso.

Para superar estos retos, los blogueros están empleando innovadoras formas de obtener acceso al contenido y de distribuirlo al público que no puede conectarse, como por ejemplo mediante redes informales de computadoras, memorias USB y redes de correo electrónico.

En los últimos tres años, una serie de reformas han comenzado a abrir el sector nacional de las telecomunicaciones: la primera conexión de fibra óptica de alta velocidad a la Internet; la apertura de puntos de acceso a la Internet, que por una tarifa se ofrecen al público; y un nuevo sistema nacional de correos electrónicos para teléfonos móviles. El verano pasado, el gobierno cubano anunció la apertura de puntos de acceso Wi-Fi de acceso público, de los cuales existen 90 en la actualidad, según el único proveedor de Internet nacional, ETECSA, que envió por correo electrónico al CPJ un conjunto de respuestas, por intermedio del Centro Internacional de Prensa de Cuba. Estos son cambios significativos para un país donde poseer una computadora personal en el hogar estuvo prohibido hasta una fecha tan reciente como en 2008.

A pesar de tales medidas y de las promesas gubernamentales, Cuba posee uno de los más bajos índices de acceso a la Internet del hemisferio occidental. De acuerdo con cifras que citan como fuente a estimados independientes y estadísticas gubernamentales, se ubica entre el 5 y el 27 %, pero ninguno de los estimados indica con claridad la metodología utilizada para calcular el acceso. En el caso de las estadísticas gubernamentales, la cifra no distingue entre conectarse a la Internet y a la intranet de Cuba, una red cerrada de sitios en su mayoría alojados en dominios cubanos.

“Dado el efecto de cola larga, lo cierto es que por cada persona con una conexión a la Internet, más de una persona obtiene acceso a la Web en algún momento de una semana determinada. ¿Qué es lo que cuenta? Decir que ellos tienen acceso a la Internet, ¿qué quiere decir eso en realidad?”, declaró Ellery Biddle, becaria del Centro Berkman Klein para la Internet y la Sociedad de la Universidad de Harvard y directora de Global Voices Advocacy.

Las velocidades de Internet también son pobres y la velocidad de descarga promedio es de 1 Mbps, de acuerdo con la Brookings Institution. En comparación, la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos dictaminó que las velocidades de descarga de Internet en Estados Unidos deben ser superiores a los 25 Mbps para que se puedan clasificar como de banda ancha.

La presidente of ETECSA, Mayra Arevich Marín, declaró en diciembre de 2015 que la cifra de usuarios diarios de sitios de Internet de acceso público se había duplicado desde 2014. En entrevista con el medio estatal CubaSí, afirmó que había unos 150,000 usuarios diarios, una cifra que representa aproximadamente el 1 % de la población cubana, equivalente a 11 millones.

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Jack A. Forbes

El gobierno ha manifestado que el escaso nivel de acceso a la Internet es resultado del embargo de Estados Unidos y de las limitaciones de una economía en vías de desarrollo. El gobierno también ha señalado que su estrategia es priorizar el servicio para los funcionarios públicos, los médicos y los puntos públicos como una manera de distribuir mejor un recurso limitado.

“Ciertamente es razonable, desde una perspectiva del desarrollo, concentrar escasos recursos en esos sectores considerados como prioridades sociales y económicas”, escribió Bert Hoffman, titular de la sede de Berlín del Instituto Alemán de Estudios Globales y de Área y experto en el tema de la Internet en Cuba, en Aspectos políticos de la Internet en el desarrollo del Tercer Mundo. “Esta línea de argumento oficial pierde credibilidad en la medida en que se ofrece no como complemento, sino para negar el hecho –más bien obvio– de que la prohibición del acceso individual a la Internet podría responder a un interés político”.

Cuba siempre ha adoptado un enfoque cauteloso en torno a la Internet y en 1995 Fidel Castro la describió en un acto como una nueva manera de que Estados Unidos le impusiera sus ideales “al mundo mediante la propaganda y la manipulación”. Al año siguiente un dirigente de las Fuerzas Armadas la describió como “una invasión no encabezada por los marines, sino por la información”.

En fecha más reciente, las autoridades cubanas han dado señales de que están dispuestos a aceptar la tecnología y expandir el acceso, a la vez que aclaran que se hará de acuerdo con la conveniencia de Cuba. Un editorial publicado en diciembre de 2014 en el periódico estatal Granma señaló: “Cuba ha estado, y está, decidida a conectarse al mundo, pese a la propaganda en sentido contrario”, Y en julio de 2015, José Ramón Machado Ventura, el segundo funcionario de mayor jerarquía del partido, dio a entender que Cuba había rechazado ofertas gratuitas para expandir el acceso a la Internet, con la finalidad de proteger la independencia del país. El segundo secretario del partido declaró al diario estatal Juventud Rebelde: “Tenemos que poseer Internet, pero a nuestra forma”.

Miriam Celaya, quien escribe para 14ymedio, expresó: “El Estado es el dueño de los medios de difusión, un monopolio de prensa –la televisión, la radio, los periódicos, etc. –. Por años esta fue la única ‘verdad’ que escucharon los cubanos. El periodismo independiente, el periodismo digital, tiene la tendencia de romper este monopolio”. Y agregó: “Los cambios han llegado a pesar del gobierno. En el siglo XXI, no hay manera de justificar que la gente no tenga acceso a la Internet, por ello el gobierno ha tenido que abrir pequeños espacios de acceso”.

Restricciones sobre el acceso

La legislación cubana estipula que el proveedor de Internet estatal, el único del país, puede “prevenir el acceso a sitios cuyo contenido sea contrario a los intereses, la ética y la moral sociales”. Sin embargo, el bloqueo de sitios está limitado a unos pocos sitios conocidos, y se puede obtener acceso a muchos de los sitios dirigidos por los disidentes, de acuerdo con periodistas entrevistados por el CPJ.

14ymedio, el primer sitio web de noticias independiente en Cuba, está bloqueado en la isla, aunque su fundadora, Yoani Sánchez, ha tuiteado que se puede acceder mediante un servidor proxy. Boris González Arenas, periodista y activista, declaró que el sitio Cubanet, con sede en Miami, también ha sido bloqueado a veces, y el bloguero Taylor Torres aseguró que Cuba Encuentro y Martínoticias también son bloqueados ocasionalmente.

Cuando Sánchez lanzó 14ymedio, las personas que trataban de accederlo fueron redirigidos a un sitio llamado “yoani$landia”, que acusaba a Sánchez de estar obsesionada con el dinero y decía que la gente estaba cansada de que ella se presentara como la “Madre Teresa de los disidentes cubanos”. Las personas responsables del sitio al que se redirigían las visitas no se identificaron, pero la BBC informó en la época que se creía que el sitio estaba a cargo de funcionarios gubernamentales.

Yuris Nórido, bloguero y periodista, expresó: “Tengo acceso a casi todos los sitios, salvo a 14ymedio, pero tendrías que preguntarle a otro por qué ese sitio de noticias es bloqueado cuando es fácil tener acceso a otros sitios mucho más combativos”.

Aunque las personas que están a cargo de los sitios web más críticos de Cuba enfrentan el riesgo de que les bloqueen sus sitios web, la mayor preocupación es tener acceso más fácil y más económico a la Internet.

“Yo me conecto una hora al día, pero eso es demasiado caro. Son 60 dólares al mes, que en la economía cubana es una suma enorme”, afirmó Alejandro Rodríguez, que escribe en Alejo3399. “Pero no es suficiente tiempo. No es nada. No tengo tiempo para comentar en mi blog ni publicar en Twitter”.

Las restricciones también significan que a pesar del auge del periodismo independiente y el blogueo en Cuba, muchas veces hay más lectores fuera del país que en la isla. “Escribes una entrada de blog y debido a la situación de la Internet en Cuba, estás escribiendo para un grupo muy pequeño de personas”, expresó Torres, quien escribe sobre la juventud cubana y su vida personal en Vísperas.

Luzdely Escobar, periodista de 14ymedio, sostuvo: “Las limitaciones son muchas porque cuando estás redactando un artículo, necesitas poder revisar información. A nosotros nos es difícil hacer notas diarias porque con frecuencia trabajamos a partir de archivos o documentos que hemos descargado cuando quiera que hemos tenido la oportunidad de conectarnos”. Y añadió: “Durante una huelga de hambre del grupo disidente Unión Patriótica de Cuba en La Habana, fue muy difícil para nosotros mantenernos informados porque la información se movía por Facebook y Twitter o en el canal de YouTube de la organización. Podemos llamar por teléfono, pero tenían las líneas telefónicas cortadas [las personas en huelga de hambre] y entonces no tuvimos una manera de cubrirla”.

Díaz explicó que su equipo de cinco reporteros utiliza los puntos Wi-Fi de acceso público. Pero, añadió, a menudo planifican las investigaciones con un año de antelación para poder aprovechar la rara oportunidad de viajar al extranjero o tener una buena conexión.

Para la mayoría, la única opción es la intranet cubana, que permite el acceso a los sitios web que están inscritos con el dominio .cu o que apoyan al gobierno cubano. La declaración que ETECSA envió al CPJ señalaba que cuesta 60 centavos la hora acceder a la intranet en cafés de Internet estatales, en comparación con 2 dólares por el acceso a la Internet. Algunos cubanos tienen acceso gratuito a la intranet por medio del trabajo, la escuela o lugares públicos.

Entre estos nombres con dominios .cu se encuentra Reflejos (cubava.cu), una plataforma de blogs estatal que enumera unos 1,500 blogs y está a cargo del Joven Club de Computación y Electrónica, también conocido como el Joven Club. Los periodistas tienen la posibilidad de llegar a una mayor audiencia nacional en esta plataforma, porque se puede acceder a ella ya sea que el lector esté conectado a la Internet o la intranet. Una de las directoras del sitio, Kirenia Fagundo García, declaró al diario Granma: “La única condición es que los blogueros divulguen la verdad sobre Cuba, sin ofensas, irrespeto o denigración”.

Torres, cuyo blog no está alojado en la plataforma, expresó que a veces los administradores retiran contenido que es crítico del gobierno. 14ymedio también informó que Reflejos había suspendido un blog que el sitio web había establecido en la plataforma, con el argumento de que 14ymedio había “publicado repetidamente contenido que no se ajusta a los objetivos con los que se creó la plataforma Reflejos”.

El CPJ se comunicó con Reflejos y el Joven Club mediante correo electrónico, redes sociales y formularios de contacto digital para que ofrecieran una declaración al respecto, pero no recibió respuesta.

La vigilancia estatal y el acoso virtual

Ante las débiles garantías jurídicas en materia de privacidad y dado que el tráfico de Internet y de telefonía celular es dirigido a través del proveedor de servicio de Internet estatal, muchos blogueros comentaron que actúan con base en el supuesto de que los vigilan en la Internet.

Un integrante del servicio proveedor de Internet, ETECSA, ayuda a clientes en un cibercafé de La Habana. El número de sitios de Wi-fi de acceso público han aumentado, pero los blogueros afirman que se necesitan más. (STR/AFP)

El uso de las tecnologías para el anonimato y la encriptación es ilegal, según el informe La libertad en la Internet publicado en 2015 por Freedom House. Y, puesto que las conexiones particulares en el hogar están autorizadas solamente para determinados empleados estatales, la mayoría de los cubanos tiene poca oportunidad de conectarse desde la privacidad del hogar.

Antes de obtener una tarjeta que les otorga acceso a la Internet en puntos de señal Wi-Fi públicos o en cibercafés estatales, los cubanos deben mostrarles a los proveedores del servicio el carné de identidad. Norges Rodríguez, quien escribe sobre cuestiones de tecnología en el blog Salir a la Manigua, señaló que, no obstante, es posible comprar tarjetas temporales de manera anónima en el mercado negro.

El uso de Nanostations, un dispositivo que ayuda a extender las señales de Wi-Fi y que se encuentra en el mercado negro, también se está difundiendo, según el bloguero Rodríguez, y un artículo del sitio Cubanet. El dispositivo les permite a los cubanos acceder una señal Wi-Fi de acceso público desde la casa. No obstante, los residentes de todas maneras tendrían que ingresar mediante el proveedor estatal y pagar una tarifa, señaló Rodríguez.

De conformidad con una resolución de 2008 del Ministerio de la Informática y las Comunicaciones, un proveedor de servicio debe grabar y almacenar el tráfico de Internet al menos durante un año y asegurar que los usuarios no utilicen software encriptado ni compartan archivos encriptados. El tráfico de la Web también es direccionado a través del programa de software Ávila Link, que tiene capacidades de monitoreo, según el informe sobre la libertad en la Internet. A pesar de ello, varios blogueros y periodistas afirmaron que las aplicaciones encriptadas de extremo a extremo como Facebook Messenger y WhatsApp son utilizadas por muchos.

Cuando se le preguntó por la privacidad de los usuarios, ETECSA declaró que “garantizaba la seguridad de [sus] redes”. La declaración no incluyó una respuesta a la solicitud del CPJ para que se refiriera a la vigilancia gubernamental. El Ministerio de Comunicaciones no respondió a reiterados pedidos de entrevista por parte del CPJ.

Las tácticas de vigilancia cibernética se asemejan a la generalizada vigilancia fuera de la Internet en Cuba, ampliamente difundida, donde prácticamente toda comunidad tiene asignado un miembro de los Comités de Defensa de la Revolución para que comunique cualquier actividad contrarrevolucionaria o inusual. Yaima Pardo, cineasta radicada en La Habana que ha producido documentales sobre el acceso a la Internet, la discriminación de las personas de la tercera edad y los derechos de los homosexuales, expresó que los agentes de la Seguridad del Estado se han referido a ella como traidora en conversaciones telefónicas con su madre.

El bloguero y activista Lázaro Yuri Valle Roca señaló que la creencia general es que las comunicaciones están interceptadas y él ha visto a agentes de la Seguridad del Estado que rondan su casa. Valle Roca agregó que estos agentes se les habían acercado a sus vecinos para hacerles preguntas sobre él. El CPJ no pudo verificar de manera independiente estas versiones.

“Aunque algunos usuarios de Internet cubanos ciertamente se preocupan por la vigilancia electrónica, es importante reconocer que la expectativa general de vigilancia física frecuentemente eclipsa esta preocupación”, según el trabajo de investigación que Biddle realizó para el Centro Berkman Klein para la Internet y la Sociedad de la Universidad de Harvard. Biddle agregó que muchos blogueros divulgan su identidad, pues lo consideran una forma de protegerse.

Varios periodistas declararon que creen que el Estado tiene el poder de interceptar las comunicaciones. Cuando se le preguntó si ella pensaba que las autoridades interceptaban sus comunicaciones, Escobar respondió: “Totalmente”. Ted Henken, el expresidente de la organización de investigación sin fines de lucro Asociación para el Estudio de la Economía Cubana, indicó que para muchos el sistema de correo electrónico nacional disponible en la red telefónica estatal era monitoreado. Sin embargo, muchos periodistas críticos que están acostumbrados a que se les vigile con frecuencia fuera de la Internet, daban por sentado que los monitoreaban. “Es algo con lo que hemos aprendido a vivir y no tenemos nada que esconder”, declaró Escobar. “Todo el mundo asume que es natural. No creo que la gente piense de verdad en eso”.

Otros blogueros críticos han informado que son objeto de acoso cibernético por parte de troles que, sospechan, son organizados y alentados por el Estado. En 2013, Sánchez publicó el video de una entrevista con Eliécer Ávila, exestudiante de la Universidad de Ciencias de la Información, quien afirmó que había participado en un proyecto conocido como “Operación Verdad”. Según Ávila, como parte del proyecto, que presuntamente está vinculado con la Juventud del Partido Comunista, él monitoreaba conversaciones en la Internet en busca de señales de disidencia y escribió refutaciones y comentarios con los que atacaba la reputación de periodistas y blogueros que criticaban al gobierno. Ávila, quien ahora encabeza un grupo opositor llamado Somos Más, indicó al CPJ que los participantes del proyecto no recibían dinero y que el proyecto se ha ampliado.

Cuando en agosto el CPJ llamó a la Juventud del Partido Comunista para que ofreciera una declaración al respecto, un representante declaró que no conocía la Operación Verdad y le pidió al CPJ que llamara en otro momento. Un trabajador de la universidad, quien dijo trabajar en seguridad y protección en la Universidad de Ciencias de la Información, le indicó al CPJ que él no sabía nada sobre la Operación Verdad y que, puesto que la universidad estaba en receso, nadie más estaba disponible para responder la consulta.

Volver a conectarse con el mundo

Desde el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba, varias empresas de tecnología estadounidenses, entre ellas Netflix, Google y Paypal, han anunciado planes para iniciar actividades en la isla. Aunque el Congreso no ha levantado el embargo, Obama ya ha eliminado restricciones sobre el comercio de Tecnologías de la Información y la Comunicación mediante modificaciones a regulaciones efectuadas en enero de 2016 y septiembre de 2015 que permiten la exportación de artículos de telecomunicaciones y autorizan a residentes estadounidenses a suscribir acuerdos de licenciamiento y marketing en Cuba.

Hasta la fecha, no se ha anunciado públicamente ningún contrato importante sobre el acceso a la Internet entre empresas de tecnología estadounidenses y el gobierno cubano. La única excepción, un centro patrocinado por Google que ofrece gratuitamente una señal Wi-Fi pública en el estudio del artista cubano Kcho, sigue siendo más un gesto simbólico que una solución. La alianza, anunciada como un museo de arte, tiene computadoras Chromebooks, visualizadores de realidad virtual de cartón y teléfonos nexus, pero varios blogueros expresaron al CPJ que le restan importancia al proyecto, con el argumento de que 20 computadoras portátiles que comparten una sola conexión Wi-Fi, es un pequeño gesto en un país de 11 millones de personas que están tratando de conectarse a la Internet.

Google no ha efectuado ninguna declaración a los medios sobre ningún otro proyecto planificado para Cuba salvo decir que las conversaciones están en “fases iniciales”. La oficina de prensa de Google no respondió a la solicitud del CPJ para que se pronunciara al respecto.

En enero, Daniel Sepúlveda, segundo subsecretario de Estado y coordinador de Estados Unidos para las Comunicaciones Internacionales y la Política Informativa del Departamento de Estado, declaró a OnCuba que los representantes del gobierno habían estado renuentes a aceptar ofertas para un cable submarino que conectara a Cuba y a Estados Unidos.

Computadoras portátiles en el estudio del artista cubano Kcho, como parte de una iniciativa tecnológica de Google en el país. (AP/Ramón Espinosa)

Las restricciones del embargo estadounidense sobre las transferencias bancarias y los giros monetarios han limitado la capacidad de los cubanos de acceder a cierto contenido pago en la Internet y a algunas aplicaciones. En julio, periodistas cubanos informaron que Bitly, el programa para acortar las direcciones URL, había cesado de funcionar, y había interrumpido cientos de enlaces, luego de que la empresa se trasladara a un proveedor de servicio de hospedaje que bloquea el acceso en los países afectados por el embargo estadounidense. El CEO de Bitly declaró que la empresa estaba trabajando con el proveedor para reanudar las actividades.

El gobierno cubano tiene alianzas con algunos países. Venezuela financió la construcción de un cable de Internet submarino valorado en 70 millones de dólares entre los dos países en 2013 y en enero el gobierno cubano anunció que la empresa china de telecomunicaciones Huawei prestaría asistencia en el empeño de ampliar las conexiones de banda ancha a los hogares.

Huawei ha sido acusada de facilitar la censura en Irán, inclusive en las disputadas elecciones de 2009, según versiones periodísticas. Huawei ha rechazado las acusaciones. La empresa divulgó una declaración en 2011 que decía que sus actividades en Irán no eran distintas a sus actividades en el resto del mundo. Doug Madory, director de análisis de Internet de Dyn, que ayuda a las empresas a gestionar la infraestructura de Internet, expresó que considera que Huawei fue seleccionada porque no era una empresa occidental y no era costosa. Madory sostuvo que las autoridades cubanas habían trabajado anteriormente con la empresa y observó que varias empresas occidentales y estadounidenses también les venden herramientas de vigilancia y censura a gobiernos extranjeros.

Eludir la Web

A pesar de enfrentar numerosos obstáculos, los periodistas y blogueros cubanos han hallado innovadoras maneras de distribuir contenido, entre ellas usar memorias USB y redes informales de computadoras y enviar artículos mediante el sistema de correo electrónico estatal.

“Yo distribuyo el contenido mediante memorias USB y CD. A veces se lo doy a amigos para que ayuden a distribuirlo”, expresó la cineasta Pardo, cuando se le preguntó cómo hacía para que sus documentales llegaran a las manos de los cubanos. “A veces cuando vamos a zonas rurales, las personas ya han visto mis documentales”.

El Paquete es otra manera como los cubanos comparten el contenido de los medios y tienen acceso a él. Un terabyte de documentos, sitios web, películas, videos de YouTube, libros y programas de TV se descarga cada mes en discos duros y memorias USB y se distribuyen por el país. Una encuesta citada en el sitio estatal Cubadebate en octubre de 2015 halló que aproximadamente el 39 por ciento de los habitantes de La Habana tenían acceso al contenido descargado, aunque el autor del estudio describió la cifra como conservadora. El alcance de El Paquete es probablemente el motivo por el cual los productores de la serie de TV “Juego de tronos” encontraron a un gran número de fans de la serie cuando visitaron La Habana el año pasado. Uno de los distribuidores declaró al diario The Wall Street Journal que sus clientes tenían gran interés en el programa de HBO y en contenido de entretenimiento similar.

El Paquete permite llegar a un público más amplio. Con frecuencia lleva contenido de sitios de noticias estatales, así como de OnCuba y sitios de noticias extranjeros. Los artículos sobre política y las notas de los medios independientes asociados con la oposición cubana por lo general no se incluyen. “No hay mucho periodismo en El Paquete, pero de vez en cuando lo vas a ver”, expresó Alejandro Rodríguez.

Escobar, la periodista de 14ymedio, explicó que los periodistas del sitio buscan evadir el bloqueo a que es sometido distribuyendo contenido en otros formatos. “Tenemos un PDF que se envía y las personas lo descargan y lo pasan a otras en memorias USB”, indicó. “Tenemos un boletín por correo electrónico que sale varias veces a la semana y llega a miles de suscriptores”.

Otra opción es la Street Net, una red informal de más de ocho años de existencia que agrupa a unas 9,000 computadoras de La Habana y que se utiliza para compartir archivos, juegos y videos, y para chatear. Las autoridades han obligado a redes similares a cerrar. En 2012, Granma informó sobre una investigación gubernamental de las redes de telecomunicaciones ilegales, y en 2014, el diario Miami Herald informó sobre una campaña contra una red de 120 usuarios. El equipo responsable de Street Net declaró que tienen por política evitar todo lo que pudiera activar a los censores, inclusive el contenido político, lo cual con frecuencia restringe el periodismo independiente, según un artículo del sitio web Gizmodo.

La distribución de contenido fuera de la Internet puede ser una solución temporal, pero es una solución que le ha permitido a una generación de cubanos a hablar y escuchar al mundo exterior. Tal como lo expresó un editorial del sitio independiente sobre tecnología Cachivache Media: “La idea de una Cuba ciega y sorda, de una especie de El Dorado que espera por ser descubierto y descubrir al resto del mundo, está lejos de ser real”.

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