Por David Agren, corresponsal del CPJ en México
Ella puso al descubierto actos de corrupción gubernamental mediante investigaciones periodísticas que captaron la atención de los titulares internacionales, ayudó a lanzar el sitio web para denunciantes Mexicoleaks, y el año pasado fue votada como la segunda mujer más poderosa del país por la revista Forbes México, pero Carmen Aristegui, una de las periodistas radiales más populares de la nación, ha sido despedida de MVS Radio luego de exigir que la radioemisora privada reincorporara en el cargo a dos periodistas investigativos.
Aristegui, presentadora de un noticiero radial transmitido entre semana que, según los índices de audiencia está entre los cinco programas más escuchados de Ciudad de México, y de un programa de actualidades de CNN En Español, fue despedida luego de exigir que la radioemisora reincorporara a Irving Huerta y a Daniel Lizárraga. Los reporteros trabajaron con ella en una investigación de negocios inmobiliarios efectuados por la esposa del presidente Enrique Peña Nieto, y formaban parte de Mexicoleaks, según informes de prensa. El domingo, MVS Radio difundió una declaración en la que afirmaba que se había negado a aceptar “el ultimátum de Aristegui” y que “Las actitudes individualistas no tienen cabida en nuestro proyecto”.
Huerta and Lizárraga fueron despedidos el 12 de marzo luego de que la gerencia de la radioemisora declarara que “había perdido su confianza” en ellos. El despido de los periodistas ocurrió después de que MVS Radio rechazara cualquier vínculo con Mexicoleaks —una plataforma que les permite a los denunciantes filtrar documentos de manera anónima– y acusara a Aristegui de vincular de manera inapropiada su marca con el proyecto, de acuerdo con la declaración. Aristegui figura en Mexicoleaks como “Unidad Aristegui/MVS”, que se refiere a su programa en MVS y el sitio web de noticias Aristegui Noticias.
“Los periodistas debieron ser premiados y no castigados con el despido”, expresó Aristegui el 13 de marzo, en lo que sería su última aparición en MVS Radio. “No es tiempo de sometimientos, no es tiempo de aceptar regresiones, no es tiempo para que la sociedad mexicana a la que le ha costado un tiempo abrir brecha en materia de libertad de expresión, debate público, presencia social, conciencia, derechos fundamentales, retroceda”, declaró la periodista. “No tenemos derecho a la claudicación, a aceptar no un aroma sino un vendaval autoritario de regresiones”.
Las redes sociales de inmediato se llenaron de mensajes de indignación por el despido de Aristegui, y los hashtags #EnDefensadeAristegui y #EnDefensadeAristegui2 marcaron tendencia en Twitter. Imágenes subidas a Twitter mostraron a simpatizantes de Lizárraga y Huerta mientras colocaban chayotes afuera de la radioemisora. “Chayo” es un vocablo del argot mexicano utilizado para referirse a los pagos otorgados por los políticos a los periodistas que escriben artículos positivos acerca de ellos.
El despido de Aristegui sucede en un contexto donde periodistas, defensores y académicos vierten sus preocupaciones por la libertad de expresión y de prensa en México. Las investigaciones del CPJ demuestran que el país se ha convertido en uno de los más peligrosos del mundo para la labor de los periodistas, quienes a menudo corren el riesgo de ofender a grupos del crimen organizado o a poderosos políticos, particularmente en estados donde el gobierno es un importante anunciante de publicidad. Consultados por el CPJ, muchos periodistas han declarado anteriormente que se autocensuraban para evitar enfrentamientos con los editores y los propietarios del medio.
Varios simpatizantes de Aristegui entrevistados por el CPJ rechazaron la afirmación de MVS Radio de que la salida de la periodista estaba relacionada con Mexicoleaks, el cual salió el 10 de marzo. Muchos de sus simpatizantes sostuvieron que Aristegui había sido despedida como parte de un intento por acallar a una voz crítica en un momento en que Peña Nieto intenta captar la inversión extranjera con el mensaje de que México vive una reforma radical.
“Es tan obvio que (su salida) no tiene nada que ver con Mexicoleaks”, declaró un editor de Ciudad de México que ha trabajado junto con el equipo de Aristegui. El editor, quien solicitó el anonimato debido a la sensibilidad del asunto, agregó: “Solo es un pretexto para joder a Carmen Aristegui”.
Denise Dresser, profesora de Ciencias Políticas del Instituto Tecnológico Autónomo de México, y asidua invitada de la mesa redonda semanal sobre política del programa de Aristegui, declaró al CPJ: “Aquí el problema es que los medios no son independientes”.
“[Los medios] son tan dependientes de que el gobierno les renueve las concesiones de licencias gubernamentales con base en un conjunto de reglamentaciones –de manera tal que si le provocas malestar al gobierno, las sanciones pueden ser muy severas–. Te pueden retirar las concesiones. Te pueden cesar las operaciones”, expresó.
Hablando afuera de la sede de MVS Radio en Ciudad de México el lunes, Aristegui declaró a la prensa que su salida tenía todos los vicios de haber sido “planeada con mucha anticipación”. La periodista afirmó: “Nuestros abogados nos dicen que no tienen derecho a hacer lo que están haciendo, nuestros abogados nos dicen que vamos a dar la batalla, que esto es un atropello a la libertad de expresión”.
La gerencia de MVS Radio no respondió a la solicitud de entrevista efectuada el lunes por el CPJ. Los intentos por comunicarse con Aristegui y Lizárraga fueron infructuosos, y Huerta declinó dar declaraciones al ser contactado por el CPJ.
No es la primera vez que Aristegui ha sido obligada a salir de la radioemisora. Ella fue despedida de MVS Radio en 2011 luego de pedirle al entonces presidente Felipe Calderón que respondiera a las denuncias efectuadas por un legislador opositor en el sentido de que Calderón tenía un problema con el alcohol. (La Presidencia respondió emitiendo una declaración de prensa que afirmaba que Calderón gozaba “de buen estado de salud”). La radioemisora volvió a contratar a Aristegui luego de las protestas de la sociedad, según versiones de prensa.
El programa de Aristegui difundía opiniones opositoras y abordaba asuntos polémicos, tales como la muerte de 22 presuntos pandilleros a manos del ejército en junio, inclusive de algunos que supuestamente se habían rendido, y el caso de los 43 estudiantes secuestrados y que se presume fueron asesinados en septiembre en el estado de Guerrero.
El periodismo investigativo acometido por Aristegui ha tocado las altas esferas del poder, inclusive a Angélica Rivera, la esposa del presidente Peña Nieto, sobre la cual Aristegui Noticias reveló que había comprado una mansión valorada en USD 7 millones construida por el contratista gubernamental Grupo Higa. La empresa presuntamente le otorgó crédito a Rivera para adquirir la casa, según Aristegui Noticias. En un mensaje de video Rivera declaró que había comprado la casa con dinero procedente de sus ingresos como estrella de telenovelas. La Presidencia negó cualquier tipo de conflicto de interés.
El reportaje investigativo fue publicado poco después de que el gobierno otorgara a un consorcio chino y a sus socios mexicanos, entre ellos el Grupo Higa, un contrato para la construcción de un sistema ferroviario de alta velocidad entre Ciudad de México y Querétaro, en una medida criticada en los medios debido al plazo inusualmente corto de la licitación. El proyecto fue desechado poco antes de que salieran a la luz las revelaciones sobre la casa de Rivera –comúnmente llamada la “Casa Blanca” en México, según versiones periodísticas. Posteriores investigaciones realizadas por el diario The Wall Street Journal mostraron que Peña Nieto y el titular de la secretaría de Hacienda y Crédito Público Luis Videgaray adquirieron casas de contratistas que obtuvieron licitaciones del gobierno federal después de que asumieran el poder en diciembre de 2012. Ambos rechazan haber estado implicados en algún hecho ilícito, según despachos noticiosos.
“Creo que el reportaje sobre la Casa Blanca asestó un tremendo golpe al gobierno y que hasta el día de hoy, Peña Nieto y su equipo no han sabido cómo abordarlo de una manera apropiada”, expresó Dresser. “Carmen es una espina atravesada en la garganta del gobierno –Carmen y algunos de nosotros en la radio–“.
MVS Radio había tratado de desvincularse de Mexicoleaks, y, según versiones periodísticas, difundió anuncios durante el programa de Aristegui para aclarar su posición. El 13 de marzo emitió lineamientos que pretendían controlar el contenido mediante la formación de un “comité editorial” que le hubiese retirado a Aristegui la facultad de tener la última palabra sobre cuestiones editoriales.
“Se trata de un intento deliberado de la empresa para reducir el margen de independencia del programa”, expresó el domingo al CPJ Sergio Aguayo, académico del Colegio de México y participante en el panel sobre política de Aristegui. “Carmen suscribió un acuerdo con los propietarios [de MVS] que le concede amplia autonomía y libertad, lo cual es poco común en México. Carmen fue capaz de alcanzar un alto grado de independencia”.
El defensor de los radioyentes de MVS Radio, Gabriel Plata Sosa, expresó sentimientos similares en una declaración emitida el domingo que acusaba a la empresa de “modificar unilateralmente las condiciones del contrato”. Los lineamientos, sostuvo, “no son producto de una acción consensuada, como se hizo con el documento precedente, lo que tiene consecuencias jurídicas que esta Defensoría no tiene facultades de analizar”.
Esa misma noche, la Defensoría de los radioyentes de MVS Radio envió el siguiente mensaje por Twitter: “Es una noche triste para el periodismo y la libertad de expresión. Por más que convocamos al diálogo, imperó la cerrazón”.
[Informaciones recogidas desde Ciudad de México]