John Otis/Corresponsal del CPJ para la región andina
Citando el acoso gubernamental y la consecuente disminución en la venta de publicidad, el diario Hoy suspendió el lunes la publicación de la edición impresa para Quito y declaró que se transformaría en un periódico digital.
En un editorial publicado en su tirada final, el domingo, Hoy sostuvo que la restrictiva Ley de Comunicación de Ecuador, que entró en vigencia el año pasado, y los constantes ataques del gobierno contra los medios independientes, habían generado “un escenario totalmente adverso para el desarrollo de un diario plural, libre, independiente”.
Mauricio Alarcón, director de Proyectos de Fundamedios, organización pro libertad de expresión con sede en Quito, elogió a Hoy por producir habitualmente periodismo fiscalizador y de calidad desde su fundación en 1982, y por abrir sus páginas editoriales a una amplia gama de opiniones. Aunque su circulación diaria era de solamente unos 15 mil ejemplares, sostuvo Alarcón, Hoy ha sido una publicación influyente.
Como publicación digital, Hoy pudiera ver disminuido su impacto, ya que muchos ecuatorianos todavía prefieren leer las noticias en la edición impresa, según Alarcón. “La tendencia hacia el consumo de noticias en la Internet ha comenzado, pero Ecuador no está a los mismos niveles del mundo desarrollado”, expresó Alarcón al CPJ.
Los periódicos y revistas tradicionales enfrentan serios desafíos económicos en muchos países del mundo, pero la situación es particularmente difícil en Ecuador, donde –además de las presiones comerciales comunes– el gobierno del presidente Rafael Correa ha convertido en un asunto prioritario la marginación de los medios independientes, de acuerdo con las investigaciones del CPJ.
El gobierno de Correa ha impulsado la Ley de Comunicación, que funciona como una camisa de fuerza oficial contra la prensa, y ha retirado publicidad. Además, el mandatario ha demandado a periódicos y periodistas investigativos, y con frecuencia ataca y ridiculiza a los periodistas en sus intervenciones televisivas semanales.
Como consecuencia, “las empresas de medios sencillamente tratan de sobrevivir”, declaró al CPJ César Montúfar, académico de Quito que a menudo escribe sobre los medios.
De acuerdo con Montúfar, el plan a largo plazo de muchos medios digitales e impresos es reducir costos, evitar problemas con el gobierno y tratar de sostenerse hasta que otro presidente menos hostil hacia los medios ocupe el poder en Ecuador. No obstante, es posible que los medios tengan que esperar por un buen tiempo: Correa, quien resultó elegido por primera vez en 2006 y desde entonces ha sido reelegido dos mandatos, impulsa reformas a la Constitución dirigidas a introducir la reelección presidencial indefinida, para así postularse nuevamente a la presidencia en 2017 e inclusive posteriormente.
Hoy era particularmente vulnerable a las presiones del gobierno.
Al igual que algunos de los principales periódicos, como El Universo y El Comercio, Hoy ha perdido ingresos provenientes tanto del sector público como del privado debido al desplazamiento de la publicidad hacia otros medios, y debido a la campaña gubernamental contra los medios independientes. Alarcón y otros analistas sostienen que muchas empresas no quieren estar asociadas a medios críticos, por temor a represalias gubernamentales como por ejemplo auditorías impositivas o la pérdida de contratos públicos. En el editorial del domingo, Hoy hizo notar otro punto vulnerable: sus significativos ingresos por la impresión de libros de texto escolares. Hoy afirmó que ante la presión del gobierno, también había perdido tales contratos de impresión.
Para mayor presión, la Ley de Comunicación ha dificultado que Hoy encuentre otras fuentes de financiamiento debido a las limitaciones sobre la inversión por parte de bancos y otras empresas en las organizaciones noticiosas. Todos estos factores “nos obligan a tomar la dura decisión” de suspender la edición impresa diaria, apuntó el editorial.
A la par de las restricciones financieras, la Ley de Comunicación ha maniatado a los periodistas de Hoy. Esta ley prevé la creación de una entidad fiscalizadora estatal, denominada la Superintendencia de Información y Comunicación (Supercom), que se dedica a monitorear el contenido de los medios. Además, en la ley abundan las frases ambiguas que les exigen a los periodistas ofrecer información exacta y equilibrada bajo pena de enfrentar sanciones civiles o penales.
El editorial de Hoy afirmaba que la vigencia de tales disposiciones había impuesto la autocensura en el periódico. Asimismo, Hoy enfrenta la acusación de violar el Artículo 18 de la ley, que estipula que los medios deben darles cobertura a los hechos de interés público. El problema surgió cuando Correa se quejó de que Hoy y otros tres periódicos no le habían ofrecido la debida cobertura informativa a su visita a Chile, en mayo. Como consecuencia, los periódicos pudieran tener que pagar miles de dólares en multas. La Supercom todavía no ha emitido un pronunciamiento al respecto.
Fernando Alvarado, titular de la Secretaría Nacional de Comunicación de Ecuador, expresó lo siguiente al CPJ en un mensaje de correo electrónico: “No se trata de un caso de libertad de prensa, tampoco se trata de un caso de ataque a la prensa” por parte del gobierno.
Alvarado señaló que Hoy sencillamente ya no era una empresa viable, y que había presentado problemas económicos durante 14 años, desde mucho antes de la entrada en vigor de la Ley de Comunicación en el 2013. Alvarado añadió que la inversión publicitaria del Ejecutivo en muchos casos significaba menos del 10 % de los espacios publicitarios de Hoy, aunque no se refirió a la cuestión de los contratos por los libros de texto escolares.
Alvarado también manifestó que existían más de 200 medios impresos en Ecuador, y que si la Ley de Comunicación supuestamente afectó tanto a Hoy, “¿entonces cómo así no afectó a los otros 200?”.
Sin embargo, la edición impresa de Hoy no es la única baja en las batallas del gobierno contra los medios de prensa. El año pasado Vanguardia, un semanario de Quito que durante ocho años publicó incisivas investigaciones sobre funcionarios públicos, suspendió su publicación ante la pérdida de inversión publicitaria y el frecuente acoso gubernamental. Vanguardia era el único medio impreso ecuatoriano dedicado casi íntegramente al periodismo de investigación.
El exdirector de Vanguardia, Juan Carlos Calderón, intentó continuar la misión del semanario mediante el lanzamiento de la revista digital Plan V, donde el nombre tiene el significado de alternativa y la letra “V” rinde homenaje a Vanguardia. Y al igual que el desaparecido semanario, Plan V ha producido coberturas de gran impacto sobre cuestiones como malos manejos en los seguros que ocasionaron pérdidas a entidades estatales, accidentes con la flota de helicópteros gubernamentales, y la creciente militarización de la frontera ecuatoriano-colombiana.
Aunque los costos operativos son menores, publicar un medio en la Internet no garantiza su supervivencia. Plan V, fundada con la ayuda de una subvención de Fundamedios, comenzó con 13 empleados, entre ellos siete reporteros, pero hoy solamente quedan Calderón, un diseñador web, algunos colaboradores freelance y un par de computadoras ubicadas en una desierta oficina. Al igual que con Hoy, las críticas de Plan V a la gestión del gobierno de Correa ha ahuyentado a potenciales clientes. Como resultado, prácticamente no vende anuncios publicitarios y pronto podría verse obligada a cerrar sus puertas. “El tanque está vacío”, resaltó Calderón al CPJ.
Falta por ver si la edición digital de Hoy tendrá el mismo destino. Los costos de impresión desaparecerán pero lo mismo sucederá con los ingresos por suscripción y la publicidad impresa, que, por pequeña que sea, sigue siendo más lucrativa que la publicidad digital. Por ahora, el periódico le pone al mal tiempo buena cara.
“A pesar de todas las dificultades”, expresó el diario en el editorial del domingo, “Hoy mira con optimismo y esperanza el futuro”.