Nueva York, 7 de noviembre de 2011–Gelson Domingos da Silva, un camarógrafo de la televisión brasileña, fue asesinado de un balazo el domingo mientras cubría un enfrentamiento entre la policía estatal y supuestos narcotraficantes en Río de Janeiro, según informes de prensa.
“Estamos entristecidos por el asesinato de Gelson Domingos da Silva”, afirmó Carlos Lauría, coordinador senior del programa de las Américas del CPJ. “Su muerte refleja el grave riesgo que enfrentan los periodistas que cubren crimen en Brasil y en otros países de la región. La policía debe extremar sus esfuerzos para identificar a la persona que disparó el tiro fatal”.
Informes de la prensa señalaron que Domingos, un veterano camarógrafo de la cadena Bandeirantes, había acompañado a la policía en un operativo en la favela conocida como Antares durante la madrugada. Las escenas filmadas por la cámara de Domingos muestran que fue baleado luego de un intenso intercambio de fuego entre la policía y los sospechosos. Funcionarios afirmaron que el camarógrafo de 46 años de edad fue impactado por una bala en el pecho proveniente de un rifle de asalto. Informes de prensa indicaron que Domingos estaba utilizando un chaleco antibalas, pero no fue lo suficientemente resistente para soportar el disparo.
Cuatro sospechosos fueron asesinados y nuevo arrestados en el operativo, en el que también se incautaron armas, drogas y dinero, según informes de prensa. No se registraron víctimas fatales entre la policía. Los funcionarios aún trataban de identificar a la persona que disparó contra Domingos.
Otros dieciocho periodistas brasileños han caído en cumplimiento de su labor informativa desde 1992, según la investigación del CPJ. Aunque muchos de ellos cayeron en regiones donde la presencia estatal es débil, periodistas en zonas urbanas como Brasilia, Sao Paulo y Río de Janeiro enfrentan riesgo cuando cubren temas relacionados con el crimen organizado, el narcotráfico o la corrupción política.
Las favelas son campo fértil para los narcotraficantes y zonas peligrosas para los reporteros. Según informes de la prensa brasileña, poderosas bandas controlan la mayoría de los barrios en Sao Paulo y Río de Janeiro. Mientras Río se prepara para ser la sede de la Copa Mundial de fútbol en 2014 y los Juegos Olímpicos en 2016, los funcionarios brasileños han profundizado sus operaciones contra narcotraficantes en las favelas.